La caminata es uno de los modos de transporte más eficientes; sin embargo, los peatones encuentran muchos obstáculos en su recorrido por las calles.
El peatón es la persona que se desplaza a pie por el espacio público, esto incluye a personas con discapacidad que utilicen alguna ayuda, como silla de ruedas. Sin embargo, debemos tomar en consideración que todas las personas, en algún momento del día, somos peatones. Desde la caminata del centro de trabajo o estudios al paradero, o el tramo que recorre una persona hasta su automóvil, es importante reconocernos como parte de este grupo.
Según Ciudades Cómo Vamos, la caminata es la forma de movilización más utilizada para realizar acciones cotidianas. Por ejemplo, el 77% de limeños tiene que caminar para dirigirse a sus centros de estudio o trabajo como una de sus formas de movilidad. A pesar de ello, la ciudad está diseñada para la circulación de vehículos, indicó Cynthia Yamamoto, activista peatonal de Peruanos de a pie.
Esto se ve reflejado en el espacio reducido que tienen las veredas en algunas zonas de la ciudad. “La vereda es el espacio público por excelencia. Muchas ciudades, distritos o urbanizaciones, no tienen ese espacio público concebido como el parque, la plaza, el malecón, sino que tienen la calle. La calle es en muchas partes del mundo donde las personas suelen reunirse”, explicó Yamamoto.
Veredas peligrosas
Es muy importante que las veredas estén completas, no tengan ninguna clase de rotura o bache, sean amplias y tengan sombra, un bien muy preciado durante el verano. No obstante, en muchas ciudades del Perú, las veredas no tienen mantenimiento y están sucias o rotas, lo que puede significar un peligro para los peatones. Cynthia Yamamoto explicó que pueden existir altas probabilidades de accidentes si estas no se encuentran en las condiciones adecuadas, sobre todo para las personas que tengan alguna discapacidad.
Los obstáculos y riesgos a los que se enfrentan los peatones a diario dependen del contexto en el que viven. Existen zonas con menos recursos donde existe un déficit de veredas completas, mala iluminación y las personas están expuestas a la basura. Este es el caso de San Juan de Lurigancho, que, hasta el año pasado, no contaban con pistas ni veredas en la urbanización Mariscal Cáceres. Por otro lado, en el Centro de Lima, calles transitadas como el jirón Camaná tienen orificios y material desprendido.
Una situación similar fue reportada por el diario El Regional Piura: en Talara las calles principales suponían un peligro para los peatones al estar desniveladas y llenas de baches. Asimismo, en Tumbes, las veredas se deterioran tras las lluvias, creándose grietas en algunos tramos.
Estos son solo algunos casos de veredas en mal estado reportadas por vecinos y transeúntes. Sin embargo, el factor que todos comparten es que el espacio público destinado a la circulación de peatones es muy desigual en comparación al que tienen los vehículos.
Con el fin de brindar un mayor reconocimiento a los peatones y ser más conscientes de cuidar el espacio en el que vivimos, RPP ha lanzado la campaña Ciudades con Futuro. Esta tiene el compromiso de Coca Cola y Arca Continental Lindley, y con el apoyo de Enel.
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