Madereros que han invadido ilegalmente las tierras están generalmente armados y exponen a los indígenas a enfermedades a las que no son inmunes.
La organización Survival pidió hoy al Gobierno de Perú que detenga el acoso de los madereros ilegales a una de las últimas tribus indígenas aisladas que hay en su territorio y cuyos miembros se ven obligadas a huir a Brasil.
"En estos momentos, estos indígenas que nunca han mantenido contacto con el exterior afrontan un gran riesgo y la extinción", manifestó Survival en un comunicado, en el que pidió al Gobierno de Lima que expulse a los madereros que explotan ilegalmente la caoba.
Survival ha elaborado un informe a partir de las denuncias de los funcionarios de la Fundación Nacional del Indio (Funai) de Brasil, que han avistado en diversas ocasiones desde 2004 a estos indígenas en la zona fronteriza que separa ambos países.
Los funcionarios de Funai tienen numerosas fotos de los miembros de estos pueblos, de sus casas y de las flechas con las que responden cuando se percatan de la proximidad de extraños.
Funai tiene también numerosas evidencias de que la caoba se está talando ilegalmente, con numerosos restos encontrados en el río Envira, arrastrados por la corriente desde el territorio de Perú, que es la zona en la que viven estas tribus aisladas.
"Ha habido una emigración forzosa de grupos autónomos en Perú a causa de la explotación de la caoba en las partes altas de los ríos Juruá, Purús y Envira", afirma en el informe Jose Carlos Meirelles, jefe del equipo de la Funai que trabaja en la zona.
"La colección de flechas sobre mi mesa no deja de crecer. La situación sólo se resolverá cuando se deje en paz a los indígenas en el otro lado de la frontera", manifestó Meirelles.
Según Survival, los madereros que han invadido ilegalmente las tierras de estos pueblos en Perú están generalmente armados y exponen a los indígenas a enfermedades a las que no son inmunes.
Como ejemplo se pone la situación de los miembros de la etnia Murunahua, que fue contactada por estos mismos madereros en 1996 y en cuestión de unos pocos años vio su población reducida a la mitad. EFE
"En estos momentos, estos indígenas que nunca han mantenido contacto con el exterior afrontan un gran riesgo y la extinción", manifestó Survival en un comunicado, en el que pidió al Gobierno de Lima que expulse a los madereros que explotan ilegalmente la caoba.
Survival ha elaborado un informe a partir de las denuncias de los funcionarios de la Fundación Nacional del Indio (Funai) de Brasil, que han avistado en diversas ocasiones desde 2004 a estos indígenas en la zona fronteriza que separa ambos países.
Los funcionarios de Funai tienen numerosas fotos de los miembros de estos pueblos, de sus casas y de las flechas con las que responden cuando se percatan de la proximidad de extraños.
Funai tiene también numerosas evidencias de que la caoba se está talando ilegalmente, con numerosos restos encontrados en el río Envira, arrastrados por la corriente desde el territorio de Perú, que es la zona en la que viven estas tribus aisladas.
"Ha habido una emigración forzosa de grupos autónomos en Perú a causa de la explotación de la caoba en las partes altas de los ríos Juruá, Purús y Envira", afirma en el informe Jose Carlos Meirelles, jefe del equipo de la Funai que trabaja en la zona.
"La colección de flechas sobre mi mesa no deja de crecer. La situación sólo se resolverá cuando se deje en paz a los indígenas en el otro lado de la frontera", manifestó Meirelles.
Según Survival, los madereros que han invadido ilegalmente las tierras de estos pueblos en Perú están generalmente armados y exponen a los indígenas a enfermedades a las que no son inmunes.
Como ejemplo se pone la situación de los miembros de la etnia Murunahua, que fue contactada por estos mismos madereros en 1996 y en cuestión de unos pocos años vio su población reducida a la mitad. EFE
Comparte esta noticia