No sabe de qué material está hecha la imagen del niño; pero sí se conoce que ha sufrido caídas que no han dañado su confección.






Las tradiciones de un pueblo realzan la esencia de sus pobladores y quienes las mantienen vivas y las hacen perdurar en el tiempo buscan que más personas se sumen año a año, y si este sentir está unido a la fiesta navideña ayuda a hermanarnos y disfrutar participando de la misma, así lo sienten los habitantes del caserío de Yamalan, en el distrito huancabambino de Huarmaca, en la región Piura.
Festividad del Niño Dios
Esta fiesta en honor al nacimiento de Jesús se realiza del 23 al 25 de diciembre, donde se adora a un niño de aproximadamente 10 centímetros, el mismo que está vestido, porta sobre su cabeza una corona y está dentro de una urna hecha de madera y vidrio la cual se halla al interior de la vivienda del señor Felimón Santos Llajahuanca, quien cuida la imagen desde hace más de 50 años.
Posteriormente este niño sale en procesión y recorre diversas calles hasta llegar al distrito de Huarmaca, donde es adorado al interior de la parroquia de Santa Ana. Al extenderse esta veneración a otros barrios y caseríos como Cuchupampa, Yumbe, San Antonio, Alto de la Paloma, y Rosas, optaron ahí por tener su propio Niño Dios, el mismo que otorga bendiciones y que el día 24 de diciembre se encuentran en la entrada de Huarmaca para rendirse reverencia entre ellos, y quienes acompañan la procesión que luego ingresa al templo.
Historia del Niño de Yamalan
Según nos cuenta Don Felimón, la imagen del niño de Yamalan, así como la celebración de su fiesta puede ser desde 1873 y que hayan sido descendientes de españoles o criollos residentes en Lima, quienes esculpieron esta imagen que luego llevaron hasta Huarmaca, la cual ha pasado a lo largo de este tiempo de una familia a otra para su cuidado.
Así recuerda que inicialmente la historia cuenta que el párroco Julián Hidalgo tuvo a cargo el cuidado de la imagen, luego el 17 de febrero 1914 le es entregado a la señora María Andrea Agurto y para el año 1963 el sacerdote Francisco Ludovico se lo entrega a Tomasa Llajahuanca Agurto, para pasar posteriormente a su cuidado.
El señor Santos no sabe de qué material está hecha la imagen del niño; pero si recuerda que ha sufrido caídas que no han dañado su confección y lo conserva en buen estado a pesar de los años transcurridos, es por ello que para evitar algún tipo de deterioro y por respeto, los únicos que los tocan para cambiarlo son sus familiares, el resto de personas que llega a adorarlo lo hacen a través del vidrio.
Fiesta por el nacimiento del Niño Dios
Los preparativos para esta fiesta inician desde el 17 de diciembre con los ensayos de las pastorcitas, que son las niñas que acompañan en el recorrido por las calles, junto a los varones, a quienes se les conoce como los chapetones, que danzas a ritmo de villancicos y otras canciones. En total son 12 los pequeños que integran este grupo de ocho mujeres y cuatro varones, quienes visten diversos trajes con colores llamativos y van detrás de la imagen del Niño Dios.
Como parte de este acompañamiento también va un hombre que viste el cuero de un novillo, cuya carne y huesos se quitan para luego preparar un caldo que les es invitado a todos los participantes, solo la cabeza queda intacta, el portador de este singular disfraz danza y corre por las calles bebiendo a su paso cañazo para atemorizar a la gente, y junto a este va el personaje conocido como el alcalde de fuego, quien lleva un chicote para poner orden durante su caminar, además van tocando una quena y un bombo.
Este recorrido se hace por calles de diversos barrios y caseríos, cada uno lleva su niño y su acompañamiento, todos ellos se encuentran el día 24 a la entrada del caserío de Huarmaca, para luego de las reverencias entre las imágenes, ingresan a la parroquia para escuchar la misa de Noche Buena y luego continuar con la festividad en las calles hasta el 25 de diciembre, donde cada uno retorna a su lugar de origen con el entusiasmo de haber vivido el nacimiento de Jesús y con la algarabía que el otro año se buscarán nuevos devotos que ofrezcan un novillo para el sacrificio y que los huarmaquinos que viven fuera del distrito regresaran para formar parte de esta tradicional celebración.
Por: Lina Fiestas
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