Los textiles hallados en las tumbas precolombinas demuestran que los antiguos peruanos conocieron y usaron el algodón mucho antes de la llegada de los españoles.
Plantones de algodón de 11 tipos de colores están siendo sembrados en el área experimental que ha sido instalado dentro del complejo arqueológico del Valle de las Pirámides, ubicado a cinco minutos al Este de la ciudad de Túcume (Lambayeque).
Este es un hecho sin precedente en nuestro país, Se está rescatando del pasado una de las materias primas que usaron las poblaciones que vivieron en la costa peruana hace muchos siglos.
La calidad de los textiles de las culturas Paracas, Nazcas, Chimús, Mochicas y Lambayeques siempre asombra a los que visitan sus museos, y a pesar de la antigüedad que tienen mantienen unos vivos colores.
Bernardino Lalopú Silva, director zonal de Agrorural, dijo que en los últimos años se ha investigado en el desarrollo del algodón nativo, materia prima que usaron los antiguos peruanos para elaborar los mejores textiles del mundo prehispánico.
El profesional dijo que en un ambiente del Museo de Sitio de Túcume, ubicado dentro del complejo arqueológico, se instaló un banco de germoplasma de algodón nativo de 11 colores diferentes como el pardo, pardo colorado, colorado oscuro, marrón, marrón oscuro, bombasí colombino, entre otros, que se pueden ver en los textiles de las tumbas precolombinas.
Las labores de siembra de los plantones del algodón nativo son dirigidas por la ingeniera Patricia Ocampo, encargada del bando genético de algodón nativo, gracias a que el Museo de Sitio Tucume y Agrorural Lambayeque, realizan trabajos conjuntos.
El objetivo de este esfuerzo es realizar la conservación, mantenimiento y multiplicación del germoplasma, así como revalorizar estos cultivares y retornarlos a uno de sus lugares de origen.
En casi todos nuestros distritos, en especial los que tienen ascendencia Mochica como Eten, Monsefú, Santa Rosa, Reque, Mórrope, Túcume, Íllimo, Pacora, Jayanca, Pítipo, Chongoyape, Ferreñafe, y otros, aún vemos a las mujeres tejiendo vistosas mantas en rústicos telares.
Hoy estos agricultores venden a diez soles cada kilo de algodón, que es comprado por artesanas quienes con técnicas ancestrales lo convierten en hilos para luego confeccionar prendas y souvenirs muy requeridos por los turistas.
Brenis Farfán, la más famosa tejedora de algodón nativo de la región Lambayeque, se encuentra feliz pues ahora cuenta con el insumo principal para trabajar y bastecer los pedidos del mercado nacional e internacional con que cuentan las artesanas de esta región.
Lalopú Silva dijo que es la primera vez que se ve la cosecha de campos comerciales de algodón nativo orgánico. “Es un bueno paso. El primero y creo que deben haber muchos pasos más pues hay más productos vegetales que usaron los Mochicas y que aún siguen usando los lambayecanos en la zona rural”, dijo.
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