Dicen que el pueblo lambayecano de Zaña iba a ser la capital del Perú y que era la ciudad más opulenta de las costas de Sudamérica.






Dicen que iba a ser la capital del Perú. Que era la ciudad más opulenta de las costas de Sudamérica, cuando Lima, Piura, Trujillo, Arequipa y otras ciudades fundadas por los españoles ya eran centros poblacionales de gran actividad económica.
En la costa norte florecía Santiago de Miraflores de Zaña, que iba camino a convertirse en la capital del joven Virreynato del Perú, pero por culpa de la naturaleza y de los piratas, terminó en convertirse en una capital fantasma.
Zaña o Saña, existe aún. Ahora es un pujante pueblo lambayecano que vive orgulloso de su pasado español y mestizo. En sus tierras se cruzaron las sangres españolas, mochicas y africanas. Quizá los primeros mulatos y los primeros cholos del Perú nacieron en sus tierras.
Zaña fue fundado por los españoles con el nombre de Villa Santiago de Miraflores de Zaña, por su estratégica ubicación, que servía de entrada hacia la sierra norte, vía Cajamarca, y además era un lugar intermedio entre dos valles significativos, que son el Jequetepeque y Lambayeque.
Los españoles fundaron la Villa Santiago de Miraflores unos kilómetros más debajo de donde ya había una población Mochica. Los pobladores de la zona había levantado su pueblo en una parte de la falda del cerro Corvacho, pero los españoles lo hicieron más al llano. El tiempo les demostraría que habían cometido un tremendo error.
El río que ahora conocemos como Zaña, arrasó la ciudad en el fenómeno del Niño de 1720, el 15 de marzo de ese año el agua se desbordó de la ciudad, y a las 6 de la mañana, las calles se convirtieron en riachuelos y las casas comenzaron a caerse a lo largo de todo el día. Al final quedó en pie la iglesia parroquial y algunos conventos. Toda esta catástrofe fue vivida por el escribano Antonio de Rivera, quien da fe de la destrucción en un acta firmada por él y otros personajes notables.
Antes de este desastre natural, la ciudad había sido ya castigada por la ira de los piratas, que atraídos por la opulencia y riqueza de la ciudad, llegaron hasta el puerto de Chérrepe –del cual no queda ni una astilla y solo es una pobre caleta de pescadores- para llegar hasta Zaña, saquearla y llevarse un rico botín.
Las grandes familias españolas abandonaron Zaña hacia Pacasmayo, Lambayeque, Trujillo y Piura y con el paso del tiempo la ciudad se fue perdiendo en la oscuridad de la historia cuando Lima ya surgía como la Perla del Pacífico y la Ciudad de los Reyes.
Por: Juan César Cabrejos Becerra
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