Por segundo año consecutivo, las actividades tradicionales de Semana Santa se suspendieron debido a la COVID-19 lo que generó que los comerciantes que ofertan artículos religiosos sean los más afectados.
La pandemia de la COVID-19 ha ocasionado que por segundo año consecutivo se suspendan varias actividades de Semana Santa. Eso ha conllevado no solo a la afectación económica de algunos sectores, sino también, a la realización virtual de algunos eventos.
El sector gastronómico ha sufrido, pero también el lado de las costumbres religiosas que hant enido que resignar la concurrencia masiva de creyentes a una particpación online. En esta nota, haremos un repaso por algunas de las actividades que se han visto alteradas por las restricciones propias de la pandemia del nuevo coronavirus en plena Semana Santa.
La sopa teóloga de Moche, Trujillo
La tradicional sopa teóloga del distrito de Moche, provincia de Trujillo, región La Libertad, se mantiene vigente a pesar de la pandemia. Aunque el consumo se redujo hasta en un 80 %, según indicó Rosa Pantoja, propietaria del restaurante “Doña Santitos”.
Pantoja detalló que el Domingo de Ramos del 2019 vendió cerca de dos mil platos. Sin embargo, en la misma celebración de este año solo alcanzó las 400 porciones. mientras que el Jueves Santo recibió 80 pedidos y para el Viernes Santo, la cifra es similar.
La sopa teóloga o boda mochera es un plato oriundo del pueblo de Moche y representa el matrimonio de un hombre y una mujer, recordó Rosa Pantoja. Detalló que está hecho con base de veinte ingredientes, entre los que resalta el "tomatito chisco" y el ají de sopa, que son oriundos del distrito costero, a unos 15 minutos en carro de la ciudad de Trujillo.
Desde el 2008, la sopa teóloga se convirtió oficialmente en el plato típico de Moche y si bien puede consumirse en cualquier fecha, es el plato principal de la Semana Santa en este distrito, celebración que fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación, en 2015, por el Ministerio de Cultura.
Huanchaco, pescadores artesanales sin turismo
En el balneario de Huanchaco, los pescadores artesanales dijeron que en años anteriores, por Semana Santa, se generaban ingresos a través de paseos a los turistas en sus caballitos de totora.
Lucio Huamanchumo, uno de los pescadores, indicó que la usencia de turismo afectó sus ingresos e, incluso, calculó que la pesca se redujo hasta en un 90%.
Él pidió apoyo a las autoridades para que puedan superar esta difícil situación por la que atraviesan.
Piura: Golpe a las artesanas de paja toquilla
Las artesanas de paja toquilla del distrito de Catacaos, en Piura, dejarán de vender mil soles diarios durante Semana Santa debido a las nuevas restricciones decretadas por el Gobierno Nacional para frenar los contagios de COVID-19, según estimó María Sosa, una de las artesanas más representativas de Catacaos.
La artesana dijo a RPP Noticias que todos los años, durante el mes de abril, por Semana Santa, participaban durante cuatro días de un evento organizado por PromPerú. Ahí vendían piezas exclusivas a empresarios extranjeros que visitaban la región por estas fechas.
María Sosa también dijo que, debido a la pandemia, las integrantes de la Asociación de Artesanas de Pedregal Grande aún no regresan a la denominada calle El Comercio, lugar concurrido en el distrito de Catacaos, más aún, en estas fechas religiosas.
La representante indicó que, para llevar un sustento a sus casas, las artesanas de paja toquilla se ven obligadas a utilizar algunos ahorros y se dedican a la crianza de animales. Además, intentan reactivar su economía a través de la promoción de sus productos vía redes sociales. No obstante, dijo que la demanda es baja.
El vía crucis de Chulucanas... Virtual
Un grupo de jóvenes de la Diócesis de Chulucanas, en la provincia de Morropón, región Piura, decidió no dejar de vivir la tradición católica, y por ello recrearon la pasión y muerte de Cristo en un cerro alejado de la ciudad. El acto de fe se realizó sin presencia de público para evitar aglomeraciones que propicien contagios de la COVID-19.
El coordinador de Pastoral Juvenil de Chulucanas, Edy Atoche Vergara, sostuvo que solo fueron 15 jóvenes de la Parroquia Sagrada Familia quienes ensayaron las escenas por grupos desde hace dos semanas.
Para que toda la gente pueda participar de este vía crucis de Viernes Santo, la escenificación fue transmitida a través de la página "Chulucanas en la Noticia", y contó con la participación de monseñor Cristobal Mejía, obispo de la Diócesis de Chulucanas. Los jóvenes llegaron desde muy temprano provistos de mascarillas para protegerse.
La provincia de Morropón se encuentra en un nivel de riesgo muy alto, por ello, los jóvenes también hicieron sus ruegos para que los contagios y muertes disminuyan.
Chiclayo: A falta de misas, visitas a pacientes con la COVID-19
En plena Semana Santa, dos sacerdotes de la diócesis de Chiclayo visitan hospitales COVID-19 para dar soporte emocional y espiritual a los pacientes que se encuentran internados.
José Echeandía y Javier Cajusol indicaron que decidieron, bajo su responsabilidad, salir a los establecimientos de salud para "llevar el mensaje de Dios".
Javier Cajusol manifestó que su misión es llevar palabras de esperanza, amor y cercanía con Cristo. “Nosotros, que somos discípulos de Cristo, comunicamos palabras de paz, esperanza, comunión, porque Dios nunca nos ha dejado”, dijo.
Mientras tanto, José Echeandía señaló que salió a los hospitales porque es su misión estar cerca de las personas que sufren y que necesitan ayuda. Agregó que, al inicio de la pandemia, él acudía a los hogares de las familias infectadas y luego tuvo la autorización para ingresar a los hospitales.
“Desde que entro a los hospitales, me presento como sacerdote… Trato de que las personas tomen conciencia de que no están solos”, indicó Echeandía, quien agregó que ha visto familias enteras fallecer a causa de la COVID-19.
Ambos sacerdotes manifestaron que este trabajo lo realizan desde el año pasado y al menos cinco veces por semana visitan clínicas y hospitales donde pasan dos, tres, cinco y hasta ocho horas visitando paciente por paciente.
Santuario del Señor de Luren no se abrió y comerciantes fueron los más afectados
Olivia Jiménez de 53 años, quien lleva toda una vida dedicada a la venta de artículos religiosos del Señor de Luren, manifestó que por segundo año consecutivo no hubo procesión y la afluencia de fieles bajó notoriamente porque el santuario permanece cerrado.
Ella trabaja en la alameda que se encuentra frente al santuario del Señor de Luren en Ica y expresó su tristeza no solo por no poder vender sus artículos, sino porque otro año más no verá en procesión al “Moreno de Luren”, como ella lo llama.
Olivia recordó que antes del terremoto del 2007, por Semana Santa, la cantidad de fieles que llegaban de diversas partes del Perú sumaba miles, tanto que para salir de la multitud tenían que caminar más de dos cuadras.
La comerciante manifestó que han sido ocho meses que no han trabajado por la pandemia y ahora la municipalidad les exige el pago de alquiler de los stands donde venden sus artículos.
Cusco: la tradición de la venta de plantas medicinales se realizó pese a restricciones
Un grupo de personas llegaron hasta exteriores del mercado de San Pedro, en el centro histórico de Cusco, para comprar y vender plantas medicinales a pesar de la suspensión de actividades debido al confinamiento dictado por el Gobierno para frenar los contagios de la COVID-19.
Antes de la pandemia, en los exteriores del mercado de San Pedro se realizaba la feria denominada Hampi Ranticuy, qué consistía en la comercialización de hierbas medicinales, la cual solo se realizaba durante el viernes santo, debido a que, según la creencia, ese día el poder curativo de las plantas es mayor.
A pesar de que esta actividad está prohibida este año, algunas personas llegaron a exteriores del mercado para intentar vender plantas a fin de ganar algo de dinero.
Los comerciantes, entre adultos mayores y menores de edad, ofertaron plantas como achicoria, muña, ñucchu, eucalipto, entre otras.
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