La situción lleva 40 días, con bloqueo de la vía que las une y los puertos fluviales cerrados, lo que se traduce en escasez de alimentos y un desplome económico.
Las ciudades peruanas de Tarapoto y Yurimaguas viven el drama de un aislamiento de 40 días por las protestas indígenas, con bloqueo de la vía que las une y los puertos fluviales cerrados, lo que se traduce en escasez de alimentos y un desplome económico.
Situadas unos 900 km al norte de Lima, estas dos ciudades amazónicas están separadas por una carretera de 130 km que permite la salida de los productos agrícolas de la selva y, a la vez, la entrada de insumos de la sierra o la costa.
Los pobladores de las dos ciudades apoyan la lucha de los indígenas -de hecho, varios de sus habitantes participaron en marchas en favor de ellos el jueves- pero sienten que ya no pueden más.
"Los alimentos han subido más del 100% y en algunos casos hasta más. El pollo pasó de 6 soles (dos dólares) a 18 soles; los más pobres están cocinando con leña debido a que el gas se elevó entre 50 y 70%", dijo a la AFP Graciela, una madre de cinco hijos, en la Plaza de Armas de Tarapoto.
En esta ciudad de más de 100.000 habitantes, los comercios y los puestos en los mercados se encuentran casi vacíos, las amas de casa dan vueltas tratando de adquirir algún alimento para cocinar, pero el dinero no les alcanza, los hoteles están trabajando al 50% en una época temporada alta de turismo, los restaurantes cierran temprano por falta de clientes, constató la AFP.
"Tarapoto ha dejado de percibir al menos el 40% de sus ingresos por la agricultura, comercio y servicios", dijo Sandro Rivero, alcalde de la ciudad. Pero es Yurimaguas, con una población de 61.000 habitantes, la que más sufre con el bloqueo, ya que los camiones con alimentos no pueden entrar y las naves tampoco pueden pasar a los puertos, pues el río Huallaga está tomado por los nativos, pese a la vigilancia policial.
Tras 40 días por fin el martes pasado los nativos dejaron abrir la carretera por cuatro horas, pero no fue suficiente. Las autoridades esperaban que los nativos volvieran a permitir el paso, pero tras la decisión el miércoles del Congreso de suspender unas leyes y no derogarlas, como piden los nativos, éstos mantendrán el bloqueo, explicó Juanita Tuesta, encargada de la alcaldía de Yurimaguas.
"Los indígenas desconfían del gobierno, porque sólo habla de desarrollo a través de lo económico, donde vale el que más plata tiene, nunca habla de educación, atención a las comunidades, hospitales y carreteras, diálogo con los
Apus (líder de las etnias)", dijo a la AFP, el vicario de Yurimaguas, Carlos Maruyari, un religioso con raíces indígenas.
Recordó que desde marzo del 2009 se instaló una mesa de diálogo en la vicaría, presidida por él, en la que se lograron solucionar algunos problemas, pero no los de fondo, como suspender las concesiones de las tierras a las empresas petroleras.
"Uno de los reclamos era que las empresas llevan el petróleo, la madera y luego se van, dejando todo destruido donde nosotros (los indígenas) tenemos que seguir viviendo sin un futuro para los hijos", agregó.
"En ningún momento se habló sobre proyectos de ley o la posibilidad de algún proyecto para la Amazonía", aseguró. AFP
(Foto: Archivo Andina)
Situadas unos 900 km al norte de Lima, estas dos ciudades amazónicas están separadas por una carretera de 130 km que permite la salida de los productos agrícolas de la selva y, a la vez, la entrada de insumos de la sierra o la costa.
Los pobladores de las dos ciudades apoyan la lucha de los indígenas -de hecho, varios de sus habitantes participaron en marchas en favor de ellos el jueves- pero sienten que ya no pueden más.
"Los alimentos han subido más del 100% y en algunos casos hasta más. El pollo pasó de 6 soles (dos dólares) a 18 soles; los más pobres están cocinando con leña debido a que el gas se elevó entre 50 y 70%", dijo a la AFP Graciela, una madre de cinco hijos, en la Plaza de Armas de Tarapoto.
En esta ciudad de más de 100.000 habitantes, los comercios y los puestos en los mercados se encuentran casi vacíos, las amas de casa dan vueltas tratando de adquirir algún alimento para cocinar, pero el dinero no les alcanza, los hoteles están trabajando al 50% en una época temporada alta de turismo, los restaurantes cierran temprano por falta de clientes, constató la AFP.
"Tarapoto ha dejado de percibir al menos el 40% de sus ingresos por la agricultura, comercio y servicios", dijo Sandro Rivero, alcalde de la ciudad. Pero es Yurimaguas, con una población de 61.000 habitantes, la que más sufre con el bloqueo, ya que los camiones con alimentos no pueden entrar y las naves tampoco pueden pasar a los puertos, pues el río Huallaga está tomado por los nativos, pese a la vigilancia policial.
Tras 40 días por fin el martes pasado los nativos dejaron abrir la carretera por cuatro horas, pero no fue suficiente. Las autoridades esperaban que los nativos volvieran a permitir el paso, pero tras la decisión el miércoles del Congreso de suspender unas leyes y no derogarlas, como piden los nativos, éstos mantendrán el bloqueo, explicó Juanita Tuesta, encargada de la alcaldía de Yurimaguas.
"Los indígenas desconfían del gobierno, porque sólo habla de desarrollo a través de lo económico, donde vale el que más plata tiene, nunca habla de educación, atención a las comunidades, hospitales y carreteras, diálogo con los
Apus (líder de las etnias)", dijo a la AFP, el vicario de Yurimaguas, Carlos Maruyari, un religioso con raíces indígenas.
Recordó que desde marzo del 2009 se instaló una mesa de diálogo en la vicaría, presidida por él, en la que se lograron solucionar algunos problemas, pero no los de fondo, como suspender las concesiones de las tierras a las empresas petroleras.
"Uno de los reclamos era que las empresas llevan el petróleo, la madera y luego se van, dejando todo destruido donde nosotros (los indígenas) tenemos que seguir viviendo sin un futuro para los hijos", agregó.
"En ningún momento se habló sobre proyectos de ley o la posibilidad de algún proyecto para la Amazonía", aseguró. AFP
(Foto: Archivo Andina)
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