Para rememorar esta fecha, la Asociación Nacional de Periodistas organizó hoy una romería en el cementerio de Lima donde yacen los restos de las víctimas.
Perú conmemora hoy los 30 años de la matanza de ocho periodistas junto a su guía y a un comunero en una localidad andina de Perú, en medio de circunstancias confusas y supuestamente a manos de unos campesinos de la zona.
Para rememorar esta fecha, la Asociación Nacional de Periodistas (ANP) organizó hoy una romería en el cementerio de Lima donde yacen los restos de las ocho víctimas y una escenificación de la ruta que siguieron en la región de Ayacucho.
En estos días, la ANP también realizó un foro sobre los riesgos de la profesión periodística en la capital y en Ayacucho y una muestra fotográfica, mientras que la Municipalidad de Lima organizó un homenaje a la memoria de los hombres de prensa.
Los ocho periodistas habían llegado a la comunidad de Uchuraccay en 1983 para investigar la muerte de cinco terroristas de Sendero Luminoso en esa zona y de otros siete en las localidades vecinas de Huaychao y Macabamba, en épocas en las que no se tenía mucha información sobre esta banda armada.
Según el informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación presentado en 2003, los ocho periodistas fueron asesinados el 26 de enero de 1983 por enardecidos pobladores al ser confundidos con terroristas y tras ellos su guía y un comunero.
Las víctimas fueron los periodistas Eduardo de la Piniella, Pedro Sánchez y Félix Gavilán de El Diario de Marka, Jorge Luis Mendívil y Willy Retto de El Observador, Jorge Sedano de La República, Amador García de la revista Oiga y Octavio Infante del diario Noticias de Ayacucho, el guía Juan Argumedo y el comunero Severino Huáscar Morales.
La madre de Jorge Luis Mendívil, Gloria Trelles, señaló hoy en el diario El Comercio que dudaba de la versión de que unos 40 campesinos lincharon a los periodistas.
"Ellos (los comuneros) siempre dijeron que fueron obligados a matar... Por eso creo que esto fue obra del Gobierno de turno", indicó Trelles.
Rosa Luz Argumedo, hija del guía, manifestó que su padre fue calumniado al ser calificado de terrorista y relató que su cuerpo fue encontrado por su madre nueve meses después de la tragedia.
"No creo que haya habido infiltrados, los comuneros sí los mataron, pero había responsabilidad política. Si miras la necropsia, los comuneros ya estaban adiestrados para matar con golpes certeros en el cráneo. Mi padre era quechuahablante y vecino, eso desbarata la tesis de que (los comuneros) eran ignorantes y ellos desconocidos", afirmó Argumedo a El Comercio.
Entre 1980 y 2000, Perú vivió un conflicto interno que según la Comisión de la Verdad y la Reconciliación cobró la vida de cerca de 70.000 personas, la mayoría responsabilidad de Sendero Luminoso.
EFE
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