Quizás la conmoción producida por el séxtuple asesinato a los seis miembros de una familia en San Miguel quede asociada con un punto de inflexión en la inercia de la criminalidad y la impunidad.
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Es duro asumir que nada devolverá a la vida a los seis miembros de una familia que fueron asesinados por sicarios mientras esperaban el cambio de una luz roja en San Miguel. Los hechos sucedieron bajo la luz del mediodía y fueron grabados por cámaras de vigilancia. Pero quizás la conmoción producida por el séxtuple asesinato quede asociada con un punto de inflexión en la inercia de la criminalidad y la impunidad.
En pocos días, la Policía especializada en la investigación criminal ha detenido a los tres sicarios, así como a quienes los contrataron y apoyaron para perpetrar la matanza. El secreto del éxito es simple: dominio de la tecnología de comunicación, inteligencia, profesionalismo y colaboración de los ciudadanos. En efecto, la Policía buscó testimonios de todos los que podían saber algo sobre una banda, que resultó ser una organización especializada en imponer el terror para cobrar cupos en la construcción civil.
Pero como en muchas otras actividades criminales, el dinero y las armas adquiridas terminan por desembocar en el tráfico de drogas. No debemos resignarnos a vivir bajo el terror que restringe las libertades y causa que desplazarse en las ciudades sea un calvario. Sobre todo para las mujeres. La Policía necesita recibir informaciones útiles, aunque haya que buscarlas en las cárceles. Y necesita también estar mejor equipada que los delincuentes, con mecanismos digitales de intercepción telefónica, por ejemplo.
Es cierto que contar con un Plan actualizado de reforzamiento de la seguridad ciudadana es útil y hasta necesario. Pero más necesario es contar con agentes policiales eficientes y profesionales. Hay casos de éxito en países y ciudades que han sabido actuar contra la delincuencia, hasta reducir drásticamente la tasa de delitos y crímenes. Nueva York es un buen ejemplo. No hay ninguna razón para que no sea así en Trujillo, Callao o Lima.
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