La festividad de la Virgen de Chapi congrega cada año a más de 200 mil visitantes de diversas partes del país y del mundo.
La devoción del pueblo arequipeño por su patrona la Virgen de Chapi es considerada una de las expresiones de identidad cultural y social más importante del sur del país, es por ello que su festividad religiosa fue declarada como Patrimonio Cultural de la Nación.
A través de la festividad de la mamita de Chapi se difunde el culto religioso, las tradiciones populares y la historia de un pueblo católico, lo que conllevó a ser considerada una expresión de Patrimonio Cultural Inmaterial del Perú.
El último miércoles 5 de septiembre, en el diario oficial El Peruano se publicó la Resolución Viceministerial 048-2012 del Ministerio de Cultura, donde se declara la festividad de la Santísima Virgen de Chapi como Patrimonio Cultural de la Nación.
Aunque la fiesta central de la patrona de Arequipa se celebra el 1 de mayo de cada año, donde más de 200 mil personas de diversas partes del país y del mundo peregrinan a su encuentro, todos los domingos centenares de fieles se trasladan a su santuario ubicado en el distrito de Polobaya.
También es tradicional en Arequipa trasladarse al santuario de Chapi desde el 7 de septiembre para celebrar la Festividad de la Natividad de la Virgen María donde cientos de peregrinos participaron en las diversas misas programadas por el arzobispado tanto en las vísperas como el día central del 8 de septiembre.
Historia
No se puede precisar en qué época nació la devoción por la Virgen de Chapi pero cuenta la historia que la imagen fue hallada en un cerro aledaño a Churajón y a raíz de un terremoto fue trasladada al antiguo valle de Chapi a unos 4,6 kilómetros del actual santuario.
Cuando la imagen era trasladada al pueblo de Sogay por orden del párroco de Pocsi en el año 1793 se presentó una tempestad de arena, con vientos que impedían seguir el paso. Cuando terminó el fuerte viento, los pobladores intentaron una y otra vez cargar la imagen de la Virgen de Chapi sin poder hacerlo, lo cual fue interpretado como la voluntad de la virgen de quedarse en aquel desértico lugar.
Es así que se inicia el culto en una pequeña ermita que fue destruida por el terremoto de 1868, pero para sorpresa de los feligreses en medio de los escombros se halló la imagen totalmente intacta, al igual que el incendio suscitado en 1921 que consumió el altar.
Por: Janet Vizcardo Mendoza
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