La surfista e 'influencer' fue acusada de racismo tras caracterizarse como una mujer andina con el rostro pintado de una manera exagerada para publicitar un producto en redes sociales.
El Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) abrió una investigación por el presunto acto de discriminación cometido por la surfista Vania Torres Olivieri en un contenido publicitario difundido en sus redes sociales. En la escena también participó Carlos Humberto Cáceres Foelsche.
La entidad estatal refirió que la Secretaría Técnica de la Comisión de Fiscalización de la Competencia Desleal está a cargo de este caso, en el cual se estaría "contraviniendo, entre otros el artículo 18 de la Ley de Represión de la Competencia Desleal".
Ello, señalan, en tanto la publicidad hecha por Torres Olivieri tendría por efecto: “Inducir a los destinatarios del mensaje publicitario a cometer un acto ilegal o un acto de discriminación u ofensa por motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o cualquier otra índole”.
Como se recuerda, la surfista e 'influencer' fue acusada de racismo debido a que publicó el último jueves una serie de historias en su cuenta de Instagram en las que se mostraba caracterizada como una mujer andina, para lo cual se había pintado el rostro de una manera exagerada. Luego, procedía a limpiar su maquillaje con un producto de la marca Bioderma.
La mencionada marca emitió en vísperas un comunicado en el que evitó referirse al tema de la discriminación y señaló que "no ha autorizado la producción ni la difusión de este contenido".
Por su parte, Diners Club International, otra de las marcas que auspicia a la deportista, indicó que ha decidido rescindir el contrato que mantenía con Vania Torres, al tomar conocimiento de la publicidad que, sostuvieron, "contraviene los valores de nuestra organización".
"Diners Club rechaza el tipo de contenido vertido en dicha publicación. Los estereotipos discriminatorios no tienen cabida en nuestra organización", sentenciaron.
La Plataforma Alerta Racismo, del Ministerio de Cultura, también se pronunció en contra de este contenido publicitario, para el cual, señalan, se utilizó la técnica "brownface" que "refuerza imaginarios sociales a través de la caricaturización de las mujeres indígenas, que parte de una construcción racializada relacionada a su origen andino".
"Esta caracterización reproduce una serie de estereotipos relacionados con las mujeres andinas, lo que tiene un impacto negativo en su percepción e influye en la creación de imaginarios que afectan sus dinámicas sociales (acceso al trabajo, educación, salud, etc)", añadió la plataforma en su cuenta de Twitter.
Ante las acusaciones en su contra, Torres Olivieri negó cualquier intencción de denigrar e indicó que se había "caracterizado" de esa forma como parte de un taller de actuación que cursa. Asimismo, aseguró que su objetivo era mostrar la eficacia del producto que usaba.
"Este fue un ejercicio actoral. En ningún momento fui racista ni quise denigrar a nadie. Este ejercicio fue hecho con mucho respeto y era una escena dramática de una obra peruana. Sé que es un tema muy delicado que nos ha hecho mucho daño y nos lo sigue haciendo... Sé que ver la escena fuera de contexto puede llevar a malos entendidos y por eso pido mil disculpas", sostuvo.
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