Un promedio de 200 familias del pueblo joven 9 de Octubre deben enfrentar a diario olores fétidos y nausebundos que se generán por las aguas servidas estancadas.
Los vecinos que habitan entre los cruces de las calles Vicente Ruso y Las Américas del pueblo joven 9 de Octubre de Chiclayo (Lambayeque), se cansaron de vivir en medio de fétidos olores y demandaron a la empresa Epsel que solucione este problema que los aqueja diariamente.
Según informaron desde hace dos meses estas aguas de desagües se encuentran estancadas junto a enormes cúmulos de basura, que generan un enorme foco de contaminación.
El agua, incluso, ha ingresado a sus viviendas invadiendo sus salas, comedores y dormitorios. Las paredes de las viviendas más humildes se han humedecido y pueden desplomarse en cualquier momento, manifestaron algunos de los más afectados.
Los más perjudicados son los niños, quienes sufren cuadros de infecciones estomacales y alergias por la presencia de moscas y zancudos. "No podemos ni comer con estos malos olores, algunos ya han abandonado sus casas, esto es injusto", señaló Argelia de la Cruz Paz, una de las pobladoras afectadas, al tiempo de mostrar el memorial que han hecho llegar a la Defensoría del Pueblo y municipio provincial.
El estancamiento de las aguas ha obstruido las calles y ha obligado a las unidades de transporte público a cambiar su ruta cobrando unos cuantos céntimos más a los usuarios.
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