Se trata de un docente que desde hace 25 años se dedica a la fabricación de zapatos, shullos y prendas de vestir con productos naturales.
Víctor Camones Antúnez (55) es un sencillo profesor de historia de la ciudad de Caraz, capital de la provincia ancashina de Huaylas, que ha sorprendido a propios y extraños con sus investigaciones, pues por sus venas corre la sangre de un científico autodidacta, amante de la naturaleza.
Desde hace 25 años dedica parte de su tiempo al estudio de las propiedades de las plantas, de la lana de alpaca y del cuero de pescado, para convertirlas en materia prima en la fabricación de zapatos y prendas de vestir netamente ecológicos.
Camones refiere que ha logrado descubrir que hay más de 200 plantas que pueden se utilizadas como tintes naturales en diferentes actividades y que hay otras que, por ejemplo, logran quitar la grasa y el mal olor de la piel del pescado.
Los zapatos de lana mezclados con agua de acequia
Uno de los mayores orgullos de nuestro personaje es sin duda haberse convertido en el único fabricante de unos peculiares zapatos abrigadores a base de lana de ovino y de alpaca mezclados solamente con agua de acequia.
“No se necesita nada más. La lana sucia, es decir con la grasa del animal, y el agua forman una combinación consistente que se coloca en un molde de calzado y, luego de 15 minutos, los zapatos quedan listos. Los colores se obtienen de las plantas como el molle, quishuar y la semilla de aliso. Todo es natural”, refiere el maestro.
Los zapatos ecológicos son bastante solicitados en esta provincia, principalmente en época de frío, porque funcionan como una especie de calefacción en los pies, y según su creador, pueden llegar a costar hasta S/. 30 el par.
Prendas de vestir hechas con piel de pescado
Definitivamente la confección de chalecos, faldas, vestidos y carteras con cuero de pescado ha revolucionado la moda en la provincia de Huaylas, pues constituye toda una obra de arte.
El proceso comienza con la eliminación de la grasa y el mal olor del producto utilizando para ello plantas y semillas que tienen propiedades para combatirlos. Cada pedazo de piel se cose uno por uno con hilo de fibra vegetal, hasta formar una tela grande que luego de unos trazos se convierte en la prenda deseada.
Un chaleco de talla chica, por ejemplo, requiere de aproximadamente 120 cueros de pescado. Puede ser de trucha, pejerrey o perico. En realidad de cualquier especie sin distinción. Esta prenda está valorizada en más de S/. 150.
Pero además de los zapatos y las prendas de vestir, el profesor nos cuenta que también fabrica shullos con cuero de ovino, alpaca y de conejo. Todo lo desarrolla en su vivienda, la cual ha convertido en un pequeño laboratorio, donde trabaja con 10 jóvenes que se han convertido en sus alumnos.
La falta de apoyo de las autoridades a los proyectos ecológicos
Víctor Camones ha lamentado que las autoridades no hayan mostrado su interés por apoyar y difundir sus trabajos, mas aun cuando hace poco ha presentado el borrador de sus libros sobre el curtido de pieles y la obtención de tintes naturales.
“Cuando me muera no me quiero llevar estos conocimientos a la tumba, sería injusto, por eso quiero compartirlo con los jóvenes “, sostiene el docente, quien inició sus proyectos inspirado en aquellos jóvenes de las zonas marginales que viven en medio de necesidades económicas.
El sueño de este investigador es tener un centro piloto para seguir explorando la naturaleza y formando nuevos talentos que amen la ciencia. Su loable trabajo enorgullece a todos los caracinos y bien merece la atención y el respaldo de las autoridades.
Por Yanet Reyes
Lea más noticias de la región Áncash
Comparte esta noticia