Tres miembros de la Federación Nacional de Víctimas de Terrorismo (Fenavit) declararon en Ampliación de Noticias en el 25 aniversario de la captura de Abimael Guzmán.
“Las heridas siguen en el alma y en el corazón”, contó Jonathan Villanueva a RPP Noticias sobre el terrorismo de Sendero Luminoso, por el que perdió a su padre, su pequeño hermano y su casa en San Juan de Miraflores. Él, Yudith Aguirre, y Katherine Chávez son miembros de Fenavit, la Federación Nacional de Víctimas de Terrorismo, y compartieron sus testimonios en Ampliación de Noticias a propósito de los 25 años de la captura de Abimael Guzmán, cabecilla de la organización criminal.
Jonathan Villanueva. Ayacuchano. Perdió a su padre y su hermano por la violencia senderista. Su madre también fue atacada y su casa en Lima fue incendiada.
“Conocí a Dios, Jesucristo, que me dio una tranquilidad emocional. Me acerqué a él para pedir perdón por sentir tanto desprecio por esas personas. Por ellos perdí el abrazo de mi padre. Sendero Luminoso mató a mi papá y golpeó a mi mamá de una manera salvaje, le desviaron la columna, le dejaron una especie de joroba. Tuvimos que dejar la ciudad. Nos escapamos a Lima y llegamos a San Juan de Miraflores, a Pamplona Alta. Fue tan cruel que llegó Sendero a la capital e incendiaron mi casa. En ese incendio, mi hermano menor muere calcinado, no lo pudieron salvar en el Hospital del Niño, tenía todo el cuerpo quemado. Quedé traumatizado, no pude asistir ni a un psicólogo, dejé estudiar, no me pude concentrar. Hasta ahora sigo tratamiento, soy hipertenso. Pero para eso estamos, soy integrante de la Fenavit para decirle a los jóvenes que no hubo conflicto interno: fue terrorismo, fue una masacre contra un pueblo que estaba desprotegido”.
Yudith Aguirre, policía retirada. Fue parte de un grupo de policías femeninas encargado de informar a las familias sobre la muerte de un familiar.
"Éramos parte de un grupo de policías femeninas que nos dedicábamos a dar la noticia a las esposas [de la muerte de sus familiares]. Recuerdo mucho cuando me mandaron a un cerro y llevé la noticia a una señora de que había fallecido su esposo. Era un trauma para las familias que venga un patrullero de la Policía porque sabían que les íbamos a dar una noticia. La señora me recibe y su primera reacción fue alcanzarme un vaso de quáker y decirme ‘señorita, mi esposo no tomó el quáker, por favor, dele esto. ¿Dónde está? Él ha salido sin su quáker, tiene que venir’. Entró en crisis. ¿Cómo decirle que su esposo murió?”.
Katherine Chávez. Su padre fue un policía asesinado en Los Olivos por terroristas.
“Mi papá es un héroe de la Policía. Murió en los noventas, en una embocada terrorista, fueron cuatro policías. Fueron crueles al matarlo. Yo leí la necropsia. Fueron salvajes, se ensañaron con él, le dispararon. En la resolución que le dan a cada miembro de la Policía que falleció y allí se ve que una de las terroristas le dio el último disparo a él y a sus colegas. Siento impotencia porque salió ayer [lunes] la señora Maritza Garrido Lecca y no tiene ni un poco de arrepentimiento. No sabe el daño que nos causó a nosotros como hijos. El Estado nunca vio por nosotros. Mi madre quedó viuda muy joven. Como yo hay varios huérfanos, viudas que tuvieron que sacar adelante solas a sus hijos".
