Las restos fueron colocados en ataúdes pintados de color blanco, con las prendas de vestir y los objetos que portaban cuando fueron ejecutados.
Los restos de 22 víctimas de la violencia terrorista en la década de los años ochenta, fueron entregados este miércoles en una ceremonia de reparación y restitución a sus familiares tras 35 años de espera en Huanta, Ayacucho.
La entrega de los restos se realizó en la iglesia matriz de la provincia de Huanta, luego del trabajo de identificación realizado por el Equipo Forense Especializado del Ministerio Público, integrado por arqueólogos, antropólogos, médicos y odontólogos. Los restos fueron hallados en el cementerio de Pampacancha y varios parajes de Culluchaca, Huanta, región Ayacucho.
Este equipo recuperó los restos humanos de 50 víctimas, pero solo se logró identificar 22 restos humanos que fueron entregados a sus familiares, en acto oficial encabezado por el presidente de la Junta de Fiscales Superiores de Ayacucho, Javier Anaya Cárdenas, el fiscal supremo Tomás Gálvez Villegas y las principales autoridades regionales y locales.
Los restos, según la Fiscalía, corresponden a investigaciones a cargo de la Fiscalía Penal Supraprovincial de Huancavelica, con sede en Ayacucho, relacionadas a un conjunto de graves hechos de violación a los derechos humanos ocurridos entre 1983 y 1984 en la comunidad de Pampacancha, jurisdicción del Centro Poblado de Culluchaca, en Huanta.
Las restos fueron colocados en ataúdes pintados de color blanco, con las prendas de vestir y los objetos que portaban los comuneros en el momento que fueron ejecutados. Los familiares trasladaron los cuerpos a sus lugares de origen, para darles sepultura.
La Fiscalía indicó que continúan las diligencias para identificar al resto de víctimas, para lo cual se viene recogiendo muestras de sangre a familiares de desaparecidos a fin de comparar el ADN a través métodos antropológico-odontológicos.
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