Un payaso trujillano cuenta el desafío de hacer sonreír al público a través de una pantalla y cómo fue que cambió los shows en vivo por los espectáculos online, debido a la pandemia de la COVID-19.
Mientras se maquilla para hacer una transmisión en vivo desde su vivienda en Trujillo, en la cual enviará saludos a un niño por su cumpleaños, Jorge Miranda Gil, el payasito Chalupa, recuerda sus inicios, cuando, tras quedarse sin empleo en Navidad, se vistió de colores para hacer reír a la gente. Esa primera experiencia, donde no solo se divirtió, sino que le hizo ganar buen dinero, reveló en él su alma artística.
Hace ocho años, Chalupa no imaginó que un día tendría que maquillarse imaginariamente y seguir sonriendo, pese a los momentos difíciles que le tocarían vivir. Hoy, debido a la pandemia, solo puede realizar shows a distancia por los que cobra, según dice, “lo mínimo”.
"Los saludos son gratis, nadie quiere pagar por ellos y es comprensible por la situación que atravesamos", señala.
Entonces, ¿qué motiva a Chalupa brindar un show en vivo, sin ganancias? "Les canto el cumpleaños feliz y sé que detrás de las personas que me están viendo hay una mamá y un papá qué le dicen a su hijo: ¡mira, mira el payasito que te canta por tu cumpleaños!”, confiesa.
Para Chulapa, la sola idea de pensar eso lo hace feliz porque sabe que sí están siendo felices con su show. “Todo esto es por los niños", comenta.
Chalupa, nombre que le pusieron en alusión a los zapatos rotos que usó en su primera presentación, comenta que sus animaciones online consisten en trucos de magia, chistes, bailes y hasta sorteos. En algunas ocasiones sus dos pequeñas hijas lo apoyan, la idea es divertir a un público acostumbrados a la interacción física.
"Trato de no perder la chispa. Yo estaba estresado por el confinamiento, eso también me animó a hacer lo que me gusta, así sea por medio de una computadora o el celular", manifiesta.
Pero, cuando finaliza cada transmisión, Chalupa asume el reto más importante de su vida, hacer sonreír a sus cinco hijos pese a las dificultades.
Jorge cuenta que actualmente vive de sus ahorros y ha tenido que reducir raciones. Ni el Estado, ni las municipalidades han brindado algún apoyo a este grupo de trabajadores independientes dedicados al arte y animación infantil.
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