Durante visita de fiscalización no se encontraron algunos medicamentos, mientras que otros habían en exceso. Irregularidades podrían afectar el tratamiento de pacientes con el nuevo coronavirus.
Medicamentos que no estaban registrados y otros que aparentemente desaparecieron quedó evidenciado durante la inspección que realizó la Contraloría General de la República al Hospital Jerusalén del distrito La Esperanza, en la provincia de Trujillo.
La entidad advirtió deficiencias e inconsistencias en el stock de medicamentos que se utilizan para el tratamiento de la COVID-19. Tal parece que no existe concordancia en el abastecimiento físico con el Sistema Integrado de Suministros de Medicamentos e Insumos Médico Quirúrgico (SISMED) de los productos farmacéuticos.
Según el informe 007-2020 , que se realizó producto de una visita hecha entre el 17 al 22 de julio de 2020, no había físicamente los medicamentos azitromicina, enoxaparina 60 mg y paracetamol; pero también encontraron un sobrante en físico de dexametasona, enoxaparina 40 mg, hidroxicloroquina y alcohol etílico 70°.

La falta de los referidos medicamentos y el excedente de otros, así como un inadecuado registro, genera riesgo de pérdida, sustracción o mala utilización de los referidos bienes esenciales, limitando el cumplimiento eficiente de la estrategia sanitaria.
Asimismo, se alertó que la farmacia del Hospital Jerusalén entrega la fórmula magistral de ivermectina 6 mg solución a los pacientes con COVID-19 (según se advirtió en las Recetas Únicas Estandarizadas); pero no registra su entrada, ni consumo en el SISMED, al no contar con un código que permita su ingreso.