La danza tradicional 'Los Indios Fieles', o también conocida como 'Emplumados', se baila durante la celebración en honor a la Virgen de La Alta Gracia, patrona de Huamachuco, en la provincia de Sánchez Carrión.
El Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación a la danza tradicional Los Indios Fieles o Emplumados, expresión representativa del distrito de Huamachuco, en la provincia de Sánchez Carrión, región La Libertad.
La decisión fue oficializada mediante la Resolución Viceministerial N.° 207-2025-VMPCIC/MC, en reconocimiento a su profundo valor simbólico, social y cultural, transmitido de generación en generación.
Una festividad de identidad cultural
La danza forma parte central de las celebraciones en honor a la Virgen de La Alta Gracia, patrona de Huamachuco, festividad que se desarrolla cada año entre el 29 de julio y el 30 de agosto, con días centrales el 14 y 15 de agosto.
La representación escénica más conocida de Los Indios Fieles es el encuentro entre el cacique cristiano y el indio defensor de las creencias ancestrales, reflejando el sincretismo religioso y cultural de la región.
Las coreografías, llamadas “labores”, junto con las estaciones rituales, transmiten historias, agradecimientos y fortalecen la identidad de la comunidad.

Indumentaria de los danzantes
La vestimenta es uno de los elementos más llamativos de la danza:
Varones: coronas con plumas de pavo y espejos, fajas, chapero, flechas, pantalones de lana negra, camisa blanca y calzado tradicional (llanques o zapatos).
Mujeres: sombreros de palma, sacos bordados con espejos, polleras de lana y accesorios que varían según el personaje representado, como la chacarera o la reina.
Según los portadores de la tradición, la danza reúne a más de 20 integrantes organizados bajo la guía de un director, quien conduce los pasos heredados de sus antepasados. Esta estructura mantiene viva la transmisión oral y práctica del conocimiento.
La música que acompaña la danza
El acompañamiento musical se realiza con instrumentos de viento y percusión, como la travesera de carrizo, la tarola y el bombo.
Además, se entonan cánticos de métrica octosilábica que forman parte de una rica tradición oral, con vocablos en quechua y culle, lengua originaria de la zona ya extinta.
La declaratoria busca garantizar la preservación y difusión de esta manifestación cultural, reafirmando el compromiso del Estado con la salvaguarda del patrimonio inmaterial del Perú.
La Dirección Desconcentrada de Cultura de La Libertad, en coordinación con la comunidad de portadores, deberá elaborar cada cinco años un informe sobre el estado de la danza para asegurar su continuidad y vigencia.