La Contraloría General de la República detectó que se registraron compras sin prescripción médica de medicamentos esenciales y que estaban en condición de substock.
Ventas irregulares de medicamentos utilizados en el tratamiento de pacientes con la COVID-19 se realizaron en el Departamento de Farmacia del hospital Belén de Trujillo, así lo detectó la Contraloría luego de una visita de control.
En el hospital se encontró que el área referida vendía los medicamentos, que se encuentran en condición de “substock”, sin exigir receta médica.
Pese que el departamento restringió la venta o préstamo a otros establecimientos de salud de medicamentos esenciales como el Bromuro de Vecuronio, Midazolam y Metilprednisolona, desde el 31 de julio, porque los insumos con los que contaban no cubrían la demanda de paciente, se detectaron 2 ventas de 21 unidades de Bromuro de Vecuronio y 18 ventas de 204 unidades de Midazolam al público.
Dicha compra se comparó con las realizadas por usuarios del Sistema Integrado de Salud (SIS), quienes solo accedieron a un promedio de 5.6 unidades de Bromuro de Vecuronio y 3.7 unidades de Midazolam por paciente.
De acuerdo con el decreto supremo N° 016-200, las farmacias de los establecimientos públicos pueden vender medicamentos esenciales siempre que exista prescripción médica; sin embargo, en las mencionadas compras no se presentó dicho documento, lo que podría generar el mal uso de los insumos.
Las observaciones fueron sustentadas en el Informe de Visita de Control N° 012-2020-OCI. En este documento también se advirtió que el hospital Belén no tiene balones de oxígeno propios y los que utiliza son prestados de la empresa que brinda el servicio.
El hospital Belén se ubica en el centro histórico de Trujillo y es el segundo establecimiento que registra mayor número de pacientes con el nuevo coronavirus, referidos de distintas partes de la región. En sus exteriores, familias de pacientes pasan la noche a la espera de noticias de parientes contagiados con la COVID-19.
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