Felix Ayasta plasma en sus grabados costumbres y vivencias de la identidad de los pueblos. Enseña de manera virtual y promociona sus productos en las redes sociales, porque las ferias artesanales fueron suspendidas a causa de la COVID-19.
Felix Ayasta Ballena es un joven artesano del distrito de Monsefú, región Lambayeque, que trabaja desde hace 18 años la técnica del mate burilado o grabado sobre calabazas. Una costumbre ancestral que identifica a muchos artesanos de la conocida “Tierra de las Flores”. Sin embargo, hace casi 90 días se quedó sin trabajo y la suspensión de todas las ferias, lo obligaron a emprender nuevos caminos para que no se pierda la tradición ancestral.
Felix aprovechó el confinamiento de muchas familias e inició una serie de clases virtuales para enseñar la técnica y promocionar sus productos a través de las redes sociales. A él como a muchos artesanos de Monsefú no les llegó el bono y no reciben hasta ahora ningún apoyo del estado.
El joven monsefuano utiliza el mate que viene en diferentes presentaciones como: calabacitas, cojuditos, choculas y precisa que los mochicas utilizaban estos productos como vajilla para tomar sus alimentos.
“El mate era usado como platos. Este uso duró por mucho tiempo, pero fueron reemplazados por la loza. En los últimos años el artesano viene revalorando este producto a través de la cultura viva y las ferias”, expresó.
Técnica del burilado
En los calabazos se graban desde nombres, dibujos, figuras mochicas y foto retratos. Estos trabajos pueden demorar hasta un día, sus precios oscilan entre los cinco soles hasta 250 soles, según tamaño y diseño.
“El foto retrato, es la foto de la persona que desea que vaya ahí. El dibujo, el quemado, el pirograbado, el difuminado. Hay cinco técnicas que se usan para llegar a la versión final del productos, el burilado es el tallado, con un clavo de tres ángulos”, agregó.
Con esta técnica se hacen delineados, un arte que lo trabajan durante las ferias artesanales sobre todo en estos meses con la Feria de Exposición Típica y Cultura de Monsefú (Fexticum), que este año se realizará de manera virtual.
“Esto nos dejó en el aire, es un trabajo que veníamos de meses elaborando y abasteciendo para este mes de julio. Nos hemos tenido que reinventar tomar fotos y promocionarlos a los contactos en teléfono, y compartir los productos y aprovechar las fechas del día de la madre y del padre, buscando una estrategia de mercado para poder subsistir. La artesanía y la cultura está abandonada”, lamentó.
Hace un mes activó las redes y desarrolla videoconferencias y transmisiones en vivo donde demuestra cómo ejecutar esta técnica, con los materiales que hay en casa. También enseña el rol de este producto en el baile de tondero y marinera Lambayecana.
Junto a su hermano formó la Asociación Llacta Muchick que significa “Pueblo Mochica”, este mes cumple 11 años.
El circuito Mochica en la región solo cuenta con cinco artesanos en burilado, que se encuentran en Lambayeque, Mórrope y Monsefú.
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