El alcalde Víctor Anchapuri Zapata hizo un llamado a la Defensoría del Pueblo y la Coordinadora de Derechos Humanos (CIDH) "a que intervenga de inmediato" frente a la acción de la Policía y las Fuerzas Armadas durante las manifestaciones en la ciudad de Juli (Puno).
El alcalde de la Municipalidad Provincial de Chucuito - Juli, Víctor Raúl Anchapuri Zapata, pidió a la Policía Nacional del Perú (PNP), Gobierno central, ministros y al Ejército "a no utilizar armas de fuego u otros objetos que puedan herir a la población que se encuentra en pie de lucha", durante las manifestaciones en la ciudad de Juli (región Puno).
"En mi calidad de alcalde de la Municipalidad Provincial de Chucuito - Juli, ante la crisis social que vivimos, me dirijo al Gobierno central, ministros, Ejército del Perú y a la Policía Nacional del Perú a no reprimir a mi pueblo, distrito de Juli, provincia de Chucuito, región Puno, a no utilizar armas de fuego u otros objetos que puedan herir a la población que se encuentra en pie de lucha", señaló en un comunicado.
Las protestas en esta parte del sur del país dejan este sábado al menos siete heridos a raíz de los enfrentamientos entre los manifestantes y la Policía Nacional y el Ejército.
"A mi pueblo pido calma y sabiduría en estos momentos de angustia y dolor, encomedar a Dios Padre Jehová proteja a mi pueblo", añadió el burgomastre.
Por otro lado, Víctor Raúl Anchapuri Zapata hizo un llamado a la Defensoría del Pueblo, a la Coordinadora de Derechos Humanos (CIDH), "a que intervenga de inmediato para salvaguardar la vida y denunciar los excesos y abusos cometidos".
Queman comisaría
Hoy en un grupo de vándalos quemó la comisaría de la ciudad de Juli, en la provincia de Chucuito, región Puno, informaron fuentes policiales a RPP Noticias. Estos hechos se producen en el marco de las protestas contra el Gobierno y el Congreso que han continuado de manera ininterrumpida en dicha región desde el pasado mes de enero.
Horas antes, un grupo de manifestantes se habría enfrentado contra miembros del Ejército, luego de lo cual, una turba de vándalos se dirigió a dicha sede policial y, tras atacar la infraestructura con piedras, quemó el recinto.
Mientras tanto, otro grupo se dirigió a la Villa Militar de la localidad, donde se habían replegado los efectivos policiales junto a los militares. Al llegar, procedieron a rodear el local mientras que los militares permanecían en alerta máxima ante posibles ataques.
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