Mandatarios de Perú, México, Chile y Colombia suscribieron la ´Declaración de Lima´ con el compromiso de alcanzar la integración de las cuatro economías.
Los presidentes de Perú, México, Chile y Colombia hicieron en Lima un canto a las virtudes del libre mercado al dar nacimiento al Acuerdo de Integración profunda del Pacífico.
El peruano Alan García, el mexicano Felipe Calderón, el chileno Sebastián Piñera y el colombiano Juan Manuel Santos firmaron en la capital peruana la "Declaración de Lima", basada en un compromiso de "avanzar progresivamente en el objetivo de alcanzar la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas" entre sus miembros.
La declaración establece que en un primer momento se dará prioridad a los esfuerzos en "movimientos de personas, negocios, facilitación del tránsito migratorio, incluyendo cooperación policial; comercio e integración, incluyendo facilitación de cooperación aduanera; servicios y capitales, incluyendo la posibilidad de integrar las bolsas de valores".
Cada área será seguida por un grupo técnico de los cuatro países que dará seguimiento a su propio objetivo, mientras que los viceministros de Exteriores y de Comercio Exterior deberán elaborar "un acuerdo marco sobre la base de la homologación de los acuerdos de libre comercio existentes".
Ese acuerdo marco será presentado en diciembre de 2011 durante la cumbre que los presidentes de los cuatro países celebrarán en México.
Por el momento, Panamá mantiene un estatus de "observador en las negociaciones futuras, con vistas a incorporarse plenamente una vez concluidos sus acuerdos comerciales con los países de la Alianza del Pacífico".
La "Declaración de Lima" recuerda que este proceso de integración "está abierto a los países de la región que compartan la voluntad de alcanzar las metas de esta alianza".
En sus discursos en la ceremonia de apertura, los mandatarios latinoamericanos coincidieron en que este acuerdo ha sido posible gracias a que los firmantes comparten un mismo modo de ver la economía y la política, marcada por la creencia en el libre mercado.
"Estos cuatro países tenemos muchas cosas en común: tratados de libre comercio, modelos económicos y políticos muy parecidos, creemos firmemente en la libertad y la democracia, que tienen que ver con el respeto a la propiedad privada y al estado de derecho", resumió el presidente colombiano.
"Si nos unimos, esto nos convierte en un polo muy interesante y traerá más prosperidad a nuestros pueblos", agregó.
Varios analistas han señalado que este acuerdo nace de un intento de contrarrestar la pujanza de Brasil y del Mercosur en la economía latinoamericana, y sirve además para reintegrar a México en los foros latinoamericanos, de los que en los últimos años ha estado ausente.
No por casualidad fue el presidente mexicano, Felipe Calderón, el que se preocupó de comparar el potencial comercial de los cuatro países hoy firmantes con el de los miembros de Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay).
Según Calderón, las cuatro naciones del Pacífico tienen un volumen comercial (importaciones más exportaciones) de 872.000 millones de dólares, mientras que las del Mercosur suman 543.000 millones.
Para el chileno Piñera, el valor del acuerdo que hoy arranca en Lima con una primera hoja de ruta es su diferencia con los acuerdos tradicionales en el hecho de que "se basa en el principio de libertad y del emprendimiento" de los países tratantes, toda vez que comparten "una historia común y los valores democráticos".
Piñera recordó que el reto de este nuevo grupo de países es proyectarse hacia el oeste, hacia el Océano Pacífico, región que -dijo- concentra la mitad de la población mundial y aproximadamente el 50 % del Producto Interno Bruto (PIB) mundial.
El anfitrión, Alan García, subrayó como los demás mandatarios el "momento histórico" que supone este acuerdo, porque "no es una integración romántica ni poética, es realista hacia el mundo", que articula los productos de los cuatro países, de modo tal que estos se conviertan "en polo de atracción de tecnología y capitales".
Sin embargo, Alan García no dejó de señalar los enormes retos que tiene por delante este germen de acuerdo de liberalización en la circulación de bienes y servicios.
Entre las tareas pendientes el presidente peruano citó la armonización de procedimientos, las reglas de origen, la estandarización en temas sanitarios, los servicios profesionales, los títulos universitarios o las ventanillas únicas; en definitiva, los instrumentos que permitan la facilitación comercial.
EFE
Comparte esta noticia