El arzobispo de Lima recordó la crisis de la toma de rehenes, en conmemoración de los 18 años del rescate hecho por los comandos Chavín de Huántar.
El arzobispo de Lima, el cardenal Juan Luis Cipriani, recordó la “valentía” y la “unión” entre los rehenes de la residencia del embajador de Japón en Lima, en conmemoración de los 18 años del rescate hecho por los comandos Chavín de Huántar.
“Las cosas eran sumamente complicadas. Recuerdo en pocas palabras unos rehenes, todos ellos con un carácter de mucha valentía y de unidad entre ellos”, dijo a RPP Noticias Cipriani, quien en aquella época era arzobispo de Ayacucho.
“Al mismo tiempo, un grupo del MRTA muy endurecido en su posición de no querer negociar apenas nada y, por otro lado, tener que estar en relación con el embajador de Japón y Canadá. Éramos los tres garantes de esta situación”, añadió
Como se recuerda, Cipriani fue designado garante por la Santa Sede durante la crisis de rehenes que se vivió en la residencia del embajador del Japón en Lima, entre los meses de diciembre de 1996 y abril de 1997.
“Era ver cómo la negociación se hacía muy dura por la inflexibilidad total del MRTA y los rehenes que se les iba acabando la paciencia, de ver el maltrato y la humillación en que vivían”, comentó.
“Lo que viví fue un drama humano de enorme profundidad que evidentemente me afectó no solamente anímica sino físicamente. Fue agotador”, añadió el religioso.
Según Cipriani, entre los rehenes había jóvenes “que diría fueron engañados”, porque “a la semana ya estaban aburridos, se la pasaban jugando leyendo, dejaban las metralletas en el suelo”.
“Otros honradamente tenían una mentalidad bastante formada en lo que es el terrorismo, era matar o matar. Siendo jóvenes ambos, algunos estaban despistados y otros eran inflexibles”, sentenció.
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