Lo que ya se achicharró es el planeta y nos está matando a todos. El secretario general de la ONU les ha pedido a los líderes del mundo, que lleguen a la cumbre del clima de Nueva York, con menos discursos y más acción porque a pesar de las promesas la tierra sigue calentándose.
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El clima político sigue calentándose. Las últimas decisiones del Congreso sobre la comisión de Ética y la elección de los miembros del Tribunal Constitucional exacerban más los ánimos de quienes piden el cierre del Parlamento, y afianzan la idea de que pase lo que pase si los congresistas no se van a su casa continuarán tomando decisiones arbitrarias, paralizando lo que no les conviene, y resolviendo en tiempo récord lo que sí. Si siguen por esa ruta, que ya cansa, se acercarán a una tormenta perfecta que podría devenir en salidas antidemocráticas de un Ejecutivo acorralado. Nada justificaría sin embargo, que el Presidente Vizcarra echara mano de cuestiones de confianza a la medida de sus intenciones o desesperaciones. Las cosas claras.
Lo que ya se achicharró es el planeta y nos está matando a todos. El secretario general de la ONU les ha pedido a los líderes del mundo, que lleguen a la cumbre del clima de Nueva York, con menos discursos y más acción porque a pesar de las promesas la tierra sigue calentándose. Para el 2030, si no se toman medidas drásticas las emisiones de gases de efecto invernadero habrán aumentado un 10,7% . Y lo que se necesita, según ha reclamado el secretario general de la ONU, António Guterres, es que se reduzcan un 45% para esa fecha.
¿Le parece un tema de cifras? ¿Cree que no tiene nada que ver con usted? A ver hagamos el siguiente ejercicio: calcule la edad que tendrá su hijo para el año 2030. El mío habrá cumplido 23, es decir estará en la plenitud de su vida y le habremos heredado un planeta invivible: habrá escasez de alimentos, de agua, aumentarán las sequías, las inundaciones y los huracanes. De terror.
Como los adultos parecen no tomarse las cosas muy en serio, ahora los que levantan la voz son los chicos: en estos momentos cientos de miles de estudiantes a nivel mundial salen a las calles a gritarles a los mandones del mundo que hagan algo. En Sídney, São Paulo, Berlín, Bruselas, Washington o México, los alumnos dejarán sus carpetas para participar en las protestas. En Nueva York ya se empezaron a reunir los manifestantes, se calcula que serán más de un millón de almas reclamando por el planeta.
La que lidera esta marea es Greta Thunberg una niña sueca de 16 años y trenzas largas, que hace meses se paró a protestar solita frente al parlamento de su país, y hoy arrastra consigo el consenso de la sociedad civil más importante, influyente y conmovedor desde que se identicó el problema del cambio climático.
Una niña con ideas claras y la determinación de un iceberg que se resiste a derretirse, está decidida a cambiar el mundo. A ver si nuestros políticos toman nota, en cualquier momento nuestra juventud se cansa de tanta politequería barata y toma las calles reclamando un país mejor. Y ahí sí que se les acaba la gracia, y a nosotros la desgracia…
Las cosas como son.
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