El caso sale a luz en días previos al encuentro programado entre el presidente Alan García, y su homóloga chilena, Michelle Bachelet, el domingo en en la Cumbre APEC.
El caso de un militar peruano acusado de espionaje a favor de Chile, revelado en las últimas horas, sacudió a Perú, donde ya se incubaba un malestar tras el anuncio el jueves de que Santiago tiene la intención de comprar armas por más de 660 millones de dólares.
Víctor Ariza Mendoza, un suboficial de la Fuerza Aérea del Perú, que trabajó en 2002 en la embajada peruana en Santiago, se encuentra detenido y sería denunciado por la Fiscalía por delito de traición a la patria, una información que ha tenido una amplísima difusión en medios locales y ha generado múltiples reacciones.
El primer ministro Javier Velásquez comentó que el caso "de ninguna manera" afecta las relaciones con Chile y lo consideró como "un hecho aislado".
"Hay que terminar la investigación y luego habrá una opinión formal del gobierno", dijo.
El suboficial fue detenido en fecha no precisada tras una labor de seguimiento de los servicios de inteligencia de la FAP por las sospechas de que realizaba espionaje junto a otras personas.
Según medios peruanos, Ariza recibía un pago de entre 5.000 y 8.000 dólares por pasar información a Santiago y habría sido descubierto cuando intentaba captar a otro militar, quien alertó a los servicios secretos.
El caso sale a luz en días previos a un encuentro programado entre el presidente peruano, Alan García, y su homóloga chilena, Michelle Bachelet, el domingo en Singapur en la Cumbre de líderes del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC).
Políticos y ex jefes militares exigieron la más severa sanción al suboficial Ariza si se comprueba su delito, y advirtieron sobre la creciente compra de armas que hace Chile, luego de que Santiago informó el jueves su intención de comprar armas por unos 660 millones de dólares.
El general Daniel Mora, ex jefe de inteligencia en el gobierno de Alejandro Toledo, opinó que "más allá de cualquier discurso, Chile está viendo que a futuro habrá una confrontación con Perú".
Mora estimó improbable que Ariza haya actuado solo y deslizó la posibilidad de que haya una red chilena de espionaje en Perú.
"Una red demora años en instalarse y en eso están comprometidas las más altas autoridades chilenas", dijo.
El ex presidente del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, vicealmirante Jorge Montoya, sostuvo que la revelación constituye "un golpe muy duro" por un hecho cometido por "un compañero de armas que declinó con el enemigo", para quien pidió la mayor sanción.
Montoya admitió que el sistema de inteligencia peruano "está debilitado" y reclamó hacer un análisis interno sobre las falencias de la seguridad nacional.
En Chile, el canciller, Mariano Fernández, declaró en Singapur que no cuenta con información oficial sobre el caso de espionaje.
"No tenemos como gobierno una información oficial sobre un tema delicado como éste y tampoco vamos a comentarlo", señaló Fernández.
Este viernes medio centenar de personas se concentraron ante la embajada de Chile en Lima con carteles en los que acusaron a ese país de desarrollar una "carrera armamentista" contra Perú.
El caso surge cuando Perú realiza una campaña en la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) para frenar lo que considera una carrera armamentista en la región.
En el marco de ese objetivo ha enviado a ministros de Estado a reunirse con diversos presidentes.
La ministra de la Producción, Mercedes Aráoz, tiene previsto reunirse con la presidenta Bachelet el 18 de este mes.
Aráoz comentó que el actual momento de las relaciones peruano-chilenas "es delicado" por el caso de espionaje, pero anotó que por el momento no ha recibido instrucción alguna de cambiar los planes.
Las relaciones entre los dos países están marcadas por la tensión, tras una demanda que presentó Perú contra Chile en enero de 2008 ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya por una controversia de límites marítimos en el océano Pacífico.
AFP
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Víctor Ariza Mendoza, un suboficial de la Fuerza Aérea del Perú, que trabajó en 2002 en la embajada peruana en Santiago, se encuentra detenido y sería denunciado por la Fiscalía por delito de traición a la patria, una información que ha tenido una amplísima difusión en medios locales y ha generado múltiples reacciones.
El primer ministro Javier Velásquez comentó que el caso "de ninguna manera" afecta las relaciones con Chile y lo consideró como "un hecho aislado".
"Hay que terminar la investigación y luego habrá una opinión formal del gobierno", dijo.
El suboficial fue detenido en fecha no precisada tras una labor de seguimiento de los servicios de inteligencia de la FAP por las sospechas de que realizaba espionaje junto a otras personas.
Según medios peruanos, Ariza recibía un pago de entre 5.000 y 8.000 dólares por pasar información a Santiago y habría sido descubierto cuando intentaba captar a otro militar, quien alertó a los servicios secretos.
El caso sale a luz en días previos a un encuentro programado entre el presidente peruano, Alan García, y su homóloga chilena, Michelle Bachelet, el domingo en Singapur en la Cumbre de líderes del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC).
Políticos y ex jefes militares exigieron la más severa sanción al suboficial Ariza si se comprueba su delito, y advirtieron sobre la creciente compra de armas que hace Chile, luego de que Santiago informó el jueves su intención de comprar armas por unos 660 millones de dólares.
El general Daniel Mora, ex jefe de inteligencia en el gobierno de Alejandro Toledo, opinó que "más allá de cualquier discurso, Chile está viendo que a futuro habrá una confrontación con Perú".
Mora estimó improbable que Ariza haya actuado solo y deslizó la posibilidad de que haya una red chilena de espionaje en Perú.
"Una red demora años en instalarse y en eso están comprometidas las más altas autoridades chilenas", dijo.
El ex presidente del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, vicealmirante Jorge Montoya, sostuvo que la revelación constituye "un golpe muy duro" por un hecho cometido por "un compañero de armas que declinó con el enemigo", para quien pidió la mayor sanción.
Montoya admitió que el sistema de inteligencia peruano "está debilitado" y reclamó hacer un análisis interno sobre las falencias de la seguridad nacional.
En Chile, el canciller, Mariano Fernández, declaró en Singapur que no cuenta con información oficial sobre el caso de espionaje.
"No tenemos como gobierno una información oficial sobre un tema delicado como éste y tampoco vamos a comentarlo", señaló Fernández.
Este viernes medio centenar de personas se concentraron ante la embajada de Chile en Lima con carteles en los que acusaron a ese país de desarrollar una "carrera armamentista" contra Perú.
El caso surge cuando Perú realiza una campaña en la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) para frenar lo que considera una carrera armamentista en la región.
En el marco de ese objetivo ha enviado a ministros de Estado a reunirse con diversos presidentes.
La ministra de la Producción, Mercedes Aráoz, tiene previsto reunirse con la presidenta Bachelet el 18 de este mes.
Aráoz comentó que el actual momento de las relaciones peruano-chilenas "es delicado" por el caso de espionaje, pero anotó que por el momento no ha recibido instrucción alguna de cambiar los planes.
Las relaciones entre los dos países están marcadas por la tensión, tras una demanda que presentó Perú contra Chile en enero de 2008 ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya por una controversia de límites marítimos en el océano Pacífico.
AFP
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