Como ´intromisión intolerable´ y ´ley mordaza´ fue calificada la sentencia del TC que prohíbe difundir grabaciones interceptadas de conversaciones telefónicas.
Diarios peruanos de varias tendencias mostraron hoy su sorpresa y su oposición al fallo del Tribunal Constitucional peruano (TC) que prohíbe difundir grabaciones interceptadas de conversaciones telefónicas sin que exista mandato judicial o autorización de uno de los interlocutores.
El diario más influyente del país, El Comercio, de tendencia conservadora señaló que se trata de una "intolerable intromisión" y un "grave intento de amordazar el ejercicio periodístico", que sienta "un peligroso precedente contra las libertades".
El rotativo recoge además opiniones de juristas y políticos que en general se manifiestan contrarios a este fallo, unos por lo que supone de "censura" a la prensa, y otros porque consideran que el Tribunal Constitucional ha intentado suplantar al Congreso en su intento por legislar.
Desde la izquierda, los periódicos La República y La Primera calificaron de "mordaza" el fallo del TC, mismo calificativo que repite el derechista La Razón.
La República aseguró que el fallo ha cosechado un "rotundo rechazo", y hace posar a sus redactores en la portada con una cinta en la boca a modo de mordaza, además de considerar que el fallo "abre las puertas a la impunidad".
La difusión de conversaciones telefónicas o de vídeos grabados sin autorización ha tenido unas veces consecuencias políticas, como los famosos "vladivídeos" que precipitaron la caída de Vladimiro Montesinos, el "hombre en la sombra" del ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000), que sobornaba a políticos, periodistas y empresarios con maletas llenas de dinero.
Asimismo, sirvieron para destapar en 2008 una red de tráfico de influencias en las concesiones de lotes petroleros, en la que estaban envueltos altos funcionarios y empresarios.
En otras ocasiones han servido para denunciar a futbolistas que se saltaban las normas de concentración de la selección peruana para salir a casinos o clubes nocturnos, pero también para airear conductas estrictamente privadas como infidelidades matrimoniales de cualquier personaje célebre. EFE
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