El documento, que partió de una iniciativa peruana tras una década en el poder de Alberto Fujimori (1990-2000), es un instrumento de protección de la democracia.
La Carta Democrática Interamericana, que hoy cumple 10 años de vigencia, es el “código ético” del sistema interamericano y el instrumento sobre protección de la democracia más importante adoptado por el continente, dijo el ex canciller Luis Marchand Stens.
“La Carta Democrática es un código ético, en el cual las naciones deben respetar los derechos humanos, el Estado de derecho y todas las libertades. Es una especie de marco ético de los países del sistema interamericano”, manifestó.
Marchand, abogado del Estado peruano ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya, indicó que este instrumento no se limita a los aspectos formales de la democracia, sino que contempla aspectos socioeconómicos.
Señaló, sin embargo, que la Carta, que partió de una iniciativa peruana tras una década en el poder de Alberto Fujimori (1990-2000), requiere ser mejorada a efectos de hacerlo más operativo cuando peligre la democracia.
Sostuvo, en ese sentido, que se debería especificar mejor los actos considerados vejatorios al proceso democrático, los cuales, opinó, no deben limitarse a los golpes de Estado.
El diplomático afirmó que la Carta ha sido un buen instrumento para velar por el respeto de la democracia en los países del sistema interamericano, la cual perfectamente se ha complementado con la resolución 1080, suscrita en 1991.
Dicha resolución permite al secretario general de la OEA convocar a los cancilleres, en un lapso de 10 días, ante la interrupción del régimen democrático.
La Carta Democrática Interamericana fue una iniciativa que el Perú presentó en base a su experiencia, tras el golpe de Estado de Alberto Fujimori, en 1992, para que la OEA tenga un mecanismo para prevenir y enfrentar colectivamente los quiebres institucionales o alteraciones democráticas.
Andina
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