Sostuvo que las apariciones públicas que el empresario José E. Crousillat, donde se le veía en buen estado de salud, fueron el ´detonante´. ´Cuál sería el escenario ahora si el Gobierno hubiera hecho oídos sordos´, dijo.
El presidente del Consejo de Ministros, Javier Velásquez Quesquén, reconoció que el indulto a José Enrique Crousillat generó al Gobierno una "alta inconveniencia política", pero aclaró que las apariciones públicas que el empresario televisivo hizo, "desafiando la generosidad del presidente García", fueron el "detonante".
"Esta gracia presidencial fue dad en diciembre del años pasado. El detonante de este beneficio se dio luego que este señor (Crousillat) había sustentado a través de la junta médica (del INPE) su delicado estado de salud, hace apariciones públicas donde exhibe un buen estado de salud y hace actos que desafían la generosidad con la que el presidente Alan García de buena fe otorgó el beneficio", expresó en RPP.
Reconoció también que tras el indulto a Crousillat surgió una "ola de cuestionamientos", pero que no pudieron preveer que el broadcater actuaría de esa manera. Sin embargo, destacó la decisión del jefe de Estado, que revocó el indulto.
"¿Cuál sería el escenario ahora si el Gobierno hubiera hecho oídos sordos y se habría incrementado la crisis política?", sentenció.
Respecto a la situación del saliente ministro de Justicia Aurelio Pastor, Velásquez Quesquén sostuvo que tras sus polémicas declaraciones públicas, le solicitaron su renuncia porque "no podía comprometer al Gobierno, ni al partido como institución".
"Le solicitamos su renuncia. Tenía dos opciones: renunciar o no. Decidió no renunciar y dejamos sin efecto su nombramiento", aseveró.
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