El flamante asesor de Keiko Fujimori dijo que el escritor "está en otro mundo" y que ha pasado de "sus inclinaciones al mundo intelectual a un mundo más de 'Chollywood'".
El economista Hernando De Soto, asesor de la candidata Keiko Fujimori, aseguró que el premio Nobel de Literatura de 2010 Mario Vargas Llosa "está en otro mundo" por sus críticas sostenidas a la candidatura de la hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori
De Soto indicó en una entrevista publicada este domingo en el diario Correo que el escritor está "emocionalmente vulnerable" y que "no será importante en la determinación del voto porque ya no es una opinión autorizada", al no residir en Perú.
"No me parece que alguien comience a criticar por herencia, como si fuera una dinastía, o como si el ADN determinara todo. No hay nada que justifique esa ceguera y esa acusación", dijo.
Vargas Llosa no tendrá la misma influencia del 2011
"No creo que sus ataques sostenidos vayan a tener un efecto, muy contrario a lo que él cree. No me parece una parte importante ahora, pero sí lo fue en 2011, porque le salvó la vida a Ollanta Humala", agregó De Soto, en referencia al apoyo de Vargas Llosa al actual presidente para derrotar a Keiko Fujimori en la anterior elección.
De Soto consideró que si Vargas Llosa cree en las posiciones liberales "debe darse cuenta de la política económica de Keiko será muy parecida a la que él hubiese hecho" cuando en 1990 perdió las elecciones presidenciales frente a Alberto Fujimori.
Promoverá iniciativas de formalización
Keiko Fujimori presentó este sábado la incorporación de Hernando De Soto a su equipo técnico durante una visita a la mina Sol de Oro, situada cerca de la ciudad de Nasca, y donde trabajan centenas de mineros informales.
Fujimori anticipó que De Soto se ocupará de promover iniciativas para la formalización de trabajadores y que despachará directamente con ella si gana los comicios.
Vargas Llosa reiteró esta semana desde Buenos Aires su opinión de que una eventual victoria de Keiko Fujimori supondría una legitimación del gobierno de su padre, que cumple una condena de veinticinco años de prisión por violaciones de derechos humanos y corrupción.
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