Tendrá que hacer mucho para no perder la segunda vuelta, como ocurrió en 2011, y sobre todo para separarse de las cosas negativas que puede representar su padre, Alberto Fujimori, según analistas.
Los resultados de las elecciones del 5 de abril ponen a Keiko Fujimori, una vez más, en segunda vuelta. El casi 40% de votos válidos que obtiene, según la propia ONPE, le dan una cómoda ventaja sobre Pedro Pablo Kuczynski; sin embargo, tendrá que hacer mucho para no perder la segunda vuelta, como ocurrió en 2011, y sobre todo para separarse de las cosas negativas que puede representar su padre, Alberto Fujimori, sin perder el apoyo de los defensores del expresidente, según señalan politólogos expertos entrevistados por BBC Mundo.
¿Defender el gobierno de su padre?
"Ella tiene que defender en alguna medida el gobierno de su padre, porque ha heredado ese capital político, y luego tiene que desmarcarse del lado oscuro del gobierno de su padre, que es corrupción y violaciones de derechos humanos", dijo Alfredo Torres, analista y presidente de la encuestadora Ipsos Perú a la BBC.
"El problema es que en eso tiene poca credibilidad, entonces cuando vamos a la segunda vuelta la elección se va a polarizar entre el fujimorismo y el antifujimorismo", agregó.
Decir que el malo es Vladimiro
"La manera como está haciéndolo ella es, primero, que el malo de la película sería (el ex asesor presidencial) Vladimiro Montesinos y no su padre: a él atribuye los peores actos de corrupción y violaciones de derechos humanos", sostuvo Torres.
El peso del padre
"Todavía hay una fuerte impronta respecto al pasado de su padre, para bien y para mal, que tiene que ver con ese estilo populista y antipolítico que fundó Alberto Fujimori y ha heredado Keiko, lo que la coloca en la segunda vuelta", dijo, por otro lado, Ricardo Cuenca, psicólogo social que dirige el Instituto de Estudios Peruanos (IEP).
Aunque Fujimori aún puede sumar apoyo del resto de agrupaciones políticas que se quedaron en el camino, Cuenca descartó que vaya a "reinventarse" completamente para la segunda vuelta. "Tiene que jugar al interior de su propio partido, controlando a muchos congresistas que salen defendiendo al padre y las prácticas del padre", indicó el analista a BBC Mundo.
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