El entonces presidente decretó la disolución del Congreso, la intervención del Poder Judicial y la reorganización de las principales instituciones.
La noche del domingo 5 de abril de 1992, el entonces presidente de la República, Alberto Fujimori, anunció a los peruanos la instalación de un “Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional”, que implicó la disolución del Congreso y la intervención del Poder Judicial.
Este evento se recuerda como un autogolpe de Estado y marcó un punto de quiebre en la historia reciente del país. Otras instituciones que sufrieron una reorganización forzosa fueron el Consejo Nacional de la Magistratura, el Tribunal Constitucional, el Ministerio Público y la Contraloría.
¿Por qué lo hizo? Según Fujimori, la decisión era justificada: con la toma y posterior reforma de las instituciones, se recuperaría la gobernabilidad y se superaría la crisis económica del momento.
Además, se combatiría de manera más efectiva el terrorismo que venía dejando al país en zozobra desde la década de 1980. Pero la radical medida, apoyada por el 82% de la población, también permitió la detención de opositores y la intervención de medios de comunicación.
Nueva etapa. Tras la instauración de este gobierno de emergencia, se formó un nuevo Congreso Constituyente Democrático. Luego, se promulgó la Constitución Política de 1993 que rige hasta hoy. Por esas fechas, las acciones del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) y de la Policía Nacional habían garantizado la derrota de los grupos terroristas Sendero Luminoso y Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).
La economía nacional volvió a tener cierta estabilidad. Sin embargo, el autogolpe también dio origen a la ruptura del orden constitucional y la crisis de los partidos políticos.Tras 25 años, las opiniones sobre este suceso siguen divididas.
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