Otárola se equivocó sin duda al evaluar las razones de su amplia desaprobación y nunca fue capaz de reconocer su responsabilidad en las altas tasas de rechazo que revelan todas las encuestas.
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Alberto Otárola escogió su último acto como presidente del Consejo de ministros: anunciar su renuncia no irrevocable. Al término de una reunión con la presidenta Dina Boluarte, Otárola pronunció un discurso en el que hizo un balance de lo actuado desde la represión a las manifestaciones hasta su participación interrumpida en un foro mundial de minería en Canadá. 440 días, como recuerda en su escueta carta de renuncia. Otárola afirmó que entrega el país con indicadores económicos positivos gracias a la paz social que prevalece. Pero advirtió al Congreso y a la opinión pública que enfrentaremos serias amenazas si no preservamos la unidad que dice haber tratado de promover. La unidad en la defensa de la democracia y en la lucha contra las mafias organizadas a las que atribuye el complot que llevó a su renuncia. Otárola citó a Antauro Humala como enemigo de la democracia y partidario de las soluciones violentistas. Otárola no dio detalles sobre las acusaciones que pesan sobre él pero tampoco negó la autenticidad del audio que desencadenó la conmoción que le costó el puesto. Dijo también que el complot fue alentado por algunos órganos de prensa, pero tampoco ofreció pruebas de la conspiración que “desde hace seis meses” se habría organizado para apartarlo del poder. La única personalidad política que nombró entre los supuestos complotadores es Martín Vizcarra, quien ya anunció una querella por difamación. Otárola se equivocó sin duda al evaluar las razones de su amplia desaprobación y nunca fue capaz de reconocer su responsabilidad en las altas tasas de rechazo que revelan todas las encuestas. Ahora necesitamos un o una presidente del consejo de ministros que se oriente decididamente en función de tres objetivos: la lucha contra la delincuencia y la corrupción, la reactivación económica y la defensa de la institucionalidad democrática.
Las cosas como son
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