No sabemos si el rescate que se está solicitando ahora es consecuencia de un problema de liquidez o si se trata de una insolvencia.
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El primer ministro ha anunciado la creación de una comisión que haga propuestas sobre el futuro de la empresa petrolera del Estado, Petroperú. ¿Será verdad que el Ejecutivo quiere hacer frente a una situación que se arrastra de larga data y que amenaza el equilibrio fiscal y la confianza de los inversionistas? ¿O se confirmará el viejo aforismo según el cual la mejor manera de no tomar decisiones es nombrar una comisión? La situación es urgente, pues Petroperú ha solicitado un nuevo rescate por un monto de 2,550 millones de dólares, es decir más de uno por ciento de nuestro producto bruto interno. Y esta solicitud no hace sino repetir la que se concedió para financiar los últimos detalles antes de la entrada en funciones de la nueva refinería de Talara. No sabemos si el rescate que se está solicitando ahora es consecuencia de un problema de liquidez o si se trata de una insolvencia. Y si no lo sabemos es porque Petroperú no ha hecho conocer el informe presentado hace ya varios meses por la Consultora internacional D’Little, que fue contratada por el ministerio de Economía y Finanzas. El encargo tuvo lugar hace más de un año, cuando ya se planteaban dudas derivadas del alza considerable del costo de lo que terminó siendo una nueva refinería. Ninguna comisión puede tomar una decisión razonable si no se conocen los estados financieros de la empresa. La actual opacidad recuerda los nombramientos hechos por Pedro Castillo, que hoy son motivo de investigación fiscal. Petroperú es demasiado grande y demasiado importante para que siga tratándosela con la opacidad y la ligereza con la que la aborda el actual ministro de Energía y Minas, quien como por causalidad es un antiguo funcionario de esa empresa. No solo está en juego el volumen de dinero solicitado a la caja fiscal, también lo está el abastecimiento de combustibles y la estabilidad de precios. ¿Cuál es el rendimiento de la refinería? ¿Por qué se le han atribuido pozos petroleros a una empresa pública desfinanciada? Lo primero que necesitamos es que la transparencia reemplace a la opacidad.
Las cosas como son
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