Al cabo de varios días de espera y especulaciones, el presidente Martín Vizcarra nombró a los sucesores de los renunciantes ministros de Cultura y de Trabajo.
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Al cabo de semanas de espera y especulaciones, el presidente Martín Vizcarra completó su gabinete nombrando a los sucesores de los renunciantes ministros de Cultura y de Trabajo. El titular de Comercio Exterior, Rogers Valencia, cambia de sector y en adelante se ocupará del de Cultura, es decir tanto del patrimonio, como de las industrias culturales y de la interculturalidad.
Es la primera vez que una personalidad que ha comenzado su carrera en Cusco ocupa ese ministerio, creado en 2010. El tema es relevante porque una buena parte de los ingresos propios del ministerio de Cultura proviene del flujo turístico a la región de la antigua capital de los Incas, de facto, el principal atractivo turístico de nuestro país. Comercio Exterior y Turismo será asumido por Edgar Vásquez Vela, quien se desempeñaba como viceministro del sector.
El ministerio de Trabajo será dirigido por Sylvia Cáceres, que se hizo conocer como funcionaria de ese mismo ministerio. Con los nombramientos, Vizcarra confirma su tendencia a nombrar funcionarios experimentados en la gestión pública, aunque carezcan de envergadura y vocación propiamente política. Eso explica que la alta aprobación de la que goza actualmente el presidente no beneficie a sus ministros, ni siquiera a su primer ministro. Y contribuye también a que el gobierno no haya establecido relaciones fluidas con el Congreso.
Fortaleza institucional
Pese a las reiteradas fricciones al interior de la Fiscalía y el hostigamiento del que se sienten víctimas los principales encargados de la investigación Lava Jato, una prestigiosa publicación extranjera elogia la robustez de nuestras instituciones. Nada menos que The Economist, que este año ha cumplido 175 años y que algunos consideran la referencia mayor a nivel mundial del rigor y el análisis político y económico.
En su edición de fin de año, la revista británica se pregunta cuál es el país que más progreso institucional ha logrado. Se interroga con ironía si podría ser el Reino Unido, que pese a su alto grado de desarrollo y su larga trayectoria democrática, optó por lanzarse a una arriesgada aventura constitucional sin definir previamente una estrategia. El caso del Brexit es un contraejemplo aleccionador para todos los populistas temerarios del mundo, concluye The Economist.
En contraste, el Perú figura en la pequeña lista de países que pueden citarse como ejemplo de “progreso” institucional, concepto que The Economist reivindica en tiempos de oscurantismo y “progresofobia”. Se dice que en momentos en que el populismo aumenta en México y Brasil, el Perú ha logrado “reforzar sus instituciones, especialmente el Poder Judicial, que ha logrado hacer frente a dirigentes políticos obstinados”. Sin duda las revelaciones del caso Odebrecht y las investigaciones a los últimos cuatro presidentes son percibidas con menos pesimismo por observadores extranjeros que por nosotros mismos. Esperemos que ellos tengan razón.
Premios periodísticos
Y a propósito de instituciones y revelaciones, anoche tuvo lugar la entrega de premios de periodismo realizada por el Instituto Prensa y Sociedad, IPYS. Nuestros colegas de Ojo Público, consiguieron dos premios, mientras que el premio principal fue concedido a IDL Reporteros por su investigación, precisamente, sobre el caso Lava Juez. Al recibir el premio, Gustavo Gorriti, director de IDL Reporteros, elogió el trabajo de algunos jueces y fiscales a los que atribuyó haber roto la inercia de corrupción e impunidad.
Gorriti dedicó el premio al periodista nicaragüense Carlos Fernando Chamorro, hijo del periodista Pedro Joaquín Chamorro asesinado en 1978 por la dictadura de los Somoza. Carlos Fernando Chamorro fundó la publicación independiente Confidencial, actualmente hostigada por la autocracia de Daniel Ortega.
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