Periodista fue agregado por error a un chat grupal de altos funcionarios de la Casa Blanca.
Un error pone en evidencia graves fallos de seguridad en la administración Trump. El editor en jefe de The Atlantic, Jeffrey Goldberg, fue incluido accidentalmente en un grupo de chat de Signal donde altos funcionarios de seguridad nacional de EE.UU. discutían planes detallados para ataques militares contra objetivos hutíes en Yemen.
El incidente comenzó el 11 de marzo de 2025, cuando Goldberg recibió una solicitud de conexión en Signal de alguien que se identificaba como Michael Waltz, el asesor de seguridad nacional del presidente Trump. Aunque inicialmente escéptico, Goldberg aceptó la solicitud. Dos días después, fue añadido a un grupo de chat llamado "Houthi PC small group".
Lo que siguió fue una serie de mensajes entre altos funcionarios, incluyendo al secretario de Estado Marco Rubio, el Secretario de Defensa Pete Hegseth, el vicepresidente J.D. Vance y otros, discutiendo abiertamente los planes para inminentes ataques militares contra objetivos en Yemen. Los mensajes incluían detalles operativos sensibles como objetivos específicos, paquetes de armas y cronogramas de ataque.
El chat sí era real e informaba de un futuro ataque
Goldberg, incrédulo ante la situación, consultó con colegas sobre la posibilidad de que fuera una operación de desinformación. Sin embargo, a medida que la conversación se desarrollaba con un alto grado de verosimilitud y conocimientos de política exterior, comenzó a considerar que podría ser real.
El punto de inflexión llegó el 15 de marzo, cuando Hegseth compartió un "TEAM UPDATE" con detalles precisos sobre los ataques planeados para esa tarde. Goldberg esperó y, efectivamente, a la hora indicada, comenzaron a reportarse explosiones en Saná, la capital de Yemen.
Este incidente plantea serias preocupaciones sobre la seguridad operacional y el manejo de información clasificada en los más altos niveles del gobierno estadounidense. El uso de una aplicación de mensajería comercial como Signal para discutir operaciones militares sensibles va en contra de los protocolos establecidos y potencialmente viola varias leyes, incluyendo la Ley de Espionaje.
Además de los riesgos de seguridad, el incidente también revela debates internos sobre la política exterior de la administración Trump. Los mensajes muestran al vicepresidente Vance expresando dudas sobre la operación, citando preocupaciones económicas y de mensaje público, aunque posteriormente un portavoz afirmó que Vance apoya plenamente la política exterior de la administración.
Cuando Goldberg contactó a los funcionarios involucrados para obtener comentarios, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Brian Hughes, confirmó la autenticidad del grupo de Signal y dijo que estaban investigando cómo se añadió un "número inadvertido" al chat. Hughes defendió la operación contra los hutíes como un éxito, afirmando que no hubo amenazas para las tropas o la seguridad nacional.
Este escándalo plantea serias preguntas sobre la competencia y el profesionalismo de la administración Trump en el manejo de asuntos de seguridad nacional. El uso descuidado de tecnologías de comunicación no seguras para discutir operaciones militares sensibles pone en riesgo vidas estadounidenses y compromete la seguridad nacional. También subraya la importancia de adherirse a protocolos establecidos para el manejo de información clasificada, incluso en la era de las comunicaciones digitales.
El incidente podría provocar investigaciones del Congreso y posiblemente consecuencias legales para los funcionarios involucrados.
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