El Departamento de Justicia mantiene la postura de obligar a Google a desprenderse de Chrome, contradiciendo expectativas sobre políticas antimonopolio de Trump.
El Departamento de Justicia (DOJ) de Estados Unidos, ahora bajo el mandato del presidente Donald Trump, reafirmó su propuesta para obligar a Google a vender su navegador Chrome, manteniendo sorpresivamente la línea dura antimonopolio establecida por la administración Biden contra el gigante tecnológico.
Esta decisión representa un duro golpe para Google y para los ejecutivos tecnológicos que apoyaron a Trump durante la campaña electoral con la esperanza de que implementaría políticas regulatorias más permisivas. La presentación judicial ocurre después de que en agosto de 2024 el juez Amit Mehta determinara que Google mantenía un monopolio ilegal en el mercado de búsquedas en línea.
"Google debe desprenderse del navegador Chrome, un punto de acceso importante para las búsquedas, para proporcionar la oportunidad de que un nuevo rival opere una puerta de entrada significativa para buscar en internet, libre del control monopolístico de Google", argumentaron los abogados del Departamento de Justicia en la presentación.
La propuesta del gobierno mantiene además la prohibición de que Google pague a otras compañías para dar preferencia a su motor de búsqueda en aplicaciones y teléfonos. Sin embargo, el DOJ abandonó su exigencia de que Google vendiera sus participaciones en empresas emergentes de inteligencia artificial, después de que una de ellas, Anthropic AI, argumentara que necesitaba la inversión de Google para competir en la industria de rápido crecimiento.
Google respondió con firmeza: "Las propuestas generales del DOJ continúan yendo mucho más allá de la decisión del tribunal y dañarían a los consumidores, la economía y la seguridad nacional de Estados Unidos", declaró Peter Schottenfels, vocero de la empresa.
Google en la mira del gobierno estadounidense
El caso contra Google, que acusaba a la compañía de utilizar su posición dominante como motor de búsqueda global para eliminar posibles competidores, se inició durante la primera administración Trump. El DOJ bajo Biden continuó con la demanda e inició varios litigios antimonopolio adicionales contra empresas tecnológicas, incluyendo Apple y Meta.
Esta primera medida importante de la división antimonopolio del DOJ bajo Trump se produce incluso antes de que la nueva jefa de la división, Gail Slater, haya sido completamente confirmada por el Senado. La presentación es la indicación más clara hasta ahora de que la administración Trump adoptará una postura relativamente agresiva en materia antimonopolio, a pesar del apoyo empresarial que recibió durante la elección.
El juez Mehta decidirá sobre las medidas correctivas finales en abril. Entre las medidas propuestas también se incluye la posibilidad de obligar a Google a desprenderse de Android si las medidas de conducta no son efectivas para prevenir que la empresa aproveche indebidamente su control del ecosistema Android.
Google, que donó $1 millón al comité inaugural de Trump y ha eliminado políticas que buscaban contratar más mujeres y minorías en la empresa, en línea con la guerra de Trump contra las iniciativas de diversidad, equidad e inclusión, enfrenta ahora un panorama regulatorio mucho más desafiante de lo que sus ejecutivos podrían haber anticipado con el regreso de Trump a la Casa Blanca.
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