Las ciudades del futuro pronto representarán el 90% de la población mundial, el 80% de emisiones de carbono y el 75% del consumo de energía. ¿Cómo se preparan para enfrentar estos cambios?
En el mundo, el 50% de personas vive en áreas urbanas. Y dentro de treinta años, dos tercios de la población urbana mundial se habrá mudado a una ciudad, según cifras de EY Global Limited. El estudio señala que, a pesar de la actividad económica y social que se concentra en las ciudades, estas no han sabido adaptarse a las nuevas demandas de la población en aumento.
Como informa la OCDE, en diez años habrá cerca de 500 ciudades con más de un millón de personas. Además, indica que son 41 las megaciudades con una población que supera los veinte millones de habitantes, en comparación a 1950 cuando solo habían dos. Para el 2050, el 70% de la población mundial estará concentrada en zonas urbanas.
Para que las ciudades afronten este crecimiento, deben implementar el concepto de resiliencia. “Es la capacidad de todos los actores de la sociedad para sobrevivir, adaptarse y prosperar”, asegura Beck Dawson, director de resiliencia de la Fundación Rockefeller.
Amsterdam es un ejemplo de ciudad resiliente. Para conseguirlo, ha priorizado la cooperación, la tecnología, el intercambio de conocimiento y la búsqueda de iniciativas económicamente viables. Se debe invertir, primero, en el mejoramiento de la infraestructura, generación y distribución de electricidad, mejora en transporte, agua y desechos.
“En Perú hace falta que los funcionarios públicos piense en el largo plazo. ¿Estamos preparados para el crecimiento de las ciudades? Tendríamos que haber asegurado la calidad de los servicios, por ejemplo, en las periferias de Lima, donde hoy no llega el agua, la luz o los servicios de salud”, señala Fredy Vargas, especialista en prospectiva y desarrollo.
Para enfrentar escenarios futuros, el Gobierno y las empresas son los encargados de brindar soluciones inteligentes y sostenibles que hayan sido debatidas y analizadas poniendo al ciudadano como prioridad de los cambios que se necesiten.