Científicos estadounidenses encontraron que el gusto por la cafeína más está vinculado al hígado y a su capacidad para procesar la sustancia.
Un estudio del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos divulgado hoy revela que la adicción a la cafeína está más vinculada al hígado y a su capacidad para procesar la sustancia, que al efecto que su consumo provoca en el cerebro.
Los autores del estudio, que ha sido publicado en la revista Public Library of Science, encontraron variantes de los dos genes que intervienen en la descomposición de la cafeína en el hígado, y que son determinantes a la hora de hacer que una persona sea más propensa o no a tomar café.
Esta investigación resta importancia al efecto que tiene la cafeína en el cerebro, y que hasta ahora se consideraba un factor clave en la adicción.
Por tanto, la investigación determina que la cantidad de cafeína que consumen las personas viene determinada por su mayor o menor tolerancia a su componente activo.
Tanto el hígado como el cerebro influyen en el consumo de cafeína pero Neil Caporaso, uno de los investigadores que participaron en el trabajo, señala que "es más el hígado que el cerebro el que determina la cantidad de cafeína ingerida en cada día".
"Quizás uno piensa que toma cafeína para sentirse bien, o para no sentirse mal", pero "la verdad es que el nivel de consumo lo determina la rapidez con que el hígado descompone la cafeína", dijo. "Si su hígado la descompone muy rápido usted probablemente beberá más café", agregó.
De acuerdo con el Servicio de Investigación Económica del Departamento de Agricultura, el consumo de café en Estados Unidos alcanzó su cima en 1946 con unos 170 litros per cápita y disminuyó gradualmente hasta llegar a unos 95 litros en 2005.
Pero esa disminución ha ido acompañada con un incremento en el consumo de bebidas gaseosas carbonatadas, muchas de las cuales tienen cafeína: de 41 litros per cápita en 1947 se pasó a 195 litros en 2005.
Consumida con moderación la cafeína puede contrarrestar la disminución cognitiva, por cansancio, enfermedad o envejecimiento, pero demasiada cafeína también puede perjudicar la función cognitiva, interfiere con el sueño y puede causar alucinaciones.
-EFE-
Comparte esta noticia