Un reciente estudio de astrónomos de la Universidad Estatal de Texas-San Marcos ha sugerido que un extraño evento lunar pudo colaborar para que se produjera el desastre.
Astrónomos señalan que el alza de las mareas provocó un aumento inusual en el número de icebergs en la ruta marítima que siguió el trasatlántico.
Han pasado casi 100 años desde que ocurrió el terrible accidente del Titanic, donde murieron 1500 personas en las aguas heladas del Atlántico Norte. Sin embargo, las investigaciones no cesan y tratan de explicar el por qué de la mayor tragedia del siglo XX.
Un reciente estudio de astrónomos de la Universidad Estatal de Texas-San Marcos ha sugerido que un extraño evento lunar pudo colaborar para que se produjera el desastre.
Los investigadores Donald Olson y Russell Doescher, señalan que el 4 de enero de 1912, la Luna y el Sol se alinearon provocando alzas inusuales en las mareas, algo que generó que los icebergs quedaran atrapados en zonas poco profundas y quedaran dispersados en las rutas marítimas del Atlántico Norte.
Los astrónomos partieron del trabajo realizado por el oceanógrafo Fergus J. Wood, quien sugirió que una inusual aproximación de la Luna el 4 de enero de 1912 pudo haber provocado mareas anormalmente altas.
Ese día, la Luna y el Sol se alinearon de tal manera que sus fuerzas gravitacionales se acentuaron, produciendo una marea más alta de lo normal, lo que se conoce como una «marea de primavera».
La posición más cercana de nuestro satélite natural a la Tierra resultó esa noche ser la más cercana en 1.400 años, y el cambio en la Luna llena llegó a durar seis minutos.
Además de eso, el máximo acercamiento de la Tierra al Sol, sucedió el día anterior. En términos astronómicos, las probabilidades de que todas estas variables se produjeran en la manera que lo hicieron resulta extraordinario, según los publicado por los investigadores en la revista Sky & Telescope.