Esta es la segunda vez que se captura con vida a esta especie. Ahora las criaturas de aguas profundas son examinadas en los laboratorios del NIWA en Wellington.
Científicos han descubierto a un raro pez de aguas profundas que no era visto desde hace más de 60 años. En realidad, son cinco peces babosos o “hadal snail fish” los que quedaron atrapados a 7 mil metros de profundidad en la fosa de Kermadec en el Pacífico, durante una investigación realizada en conjunto por los investigadores del Instituto Nacional de Investigación del Agua y la Atmósfera de Nueva Zelanda (NIWA, por sus siglas en inglés) y la Universidad de Aberdeen de Escocia.
Esta es la segunda vez que se captura con vida a esta especie. Ahora las criaturas de aguas profundas son examinadas en los laboratorios del NIWA en Wellington.
Según el ecólogo marino Dr. Ashley Rowden, la captura de los peces babosos demandó mucha habilidad pues es difícil poner una trampa en el fondo del mar. Junto a la trampa se colocó cámaras para grabar videos de otros peces y organismos que habitan las aguas profundas.
El Dr. Alan Jamieson de la Universidad de Aberdeen señaló que se aprovechó la investigación para analizar la bioquímica de los seres del fondo del mar. Los científicos observaron la presencia de un compuesto químico conocido como óxido de trimetilamina (OTMA), un compuesto que indica la profundidad a la que acceden las criaturas marinas.
Los peces babosos atrapados en Kermadec tienen los niveles más altos de OTMA jamás registrados. Al cotejar los datos, los investigadores determinaron que este pez puede sobrevivir a 8 200 metros bajo el mar. Los científicos creen que ningún pez puede alcanzar una mayor profundidad.
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