Un reporte del Instituto Geofísico del Peru indica que el ruido producido por el paso de peatones y vehículos en la ciudad de Lima se ha reducido hasta en un 90%, y que los sismógrafos pueden identificar la ausencia de gente las calles.
El confinamiento obligatorio por cuarentena sanitaria ha provocado una inusitada paz en varias ciudades del mundo, que hoy lucen desoladas. Hace unos días, los sistemas de actividad sísmica daban cuenta de una enorme reducción en el ruido ambiental y el impacto de esto en la sensibilidad da los sismos de poca intensidad. Ahora, un reciente reporte del Instituto Geofísico del Peru (IGP) en esa misma línea nos da un estatus actualizado de lo que ocurre en distintos puntos de Lima.
Gracias a una red de 200 acelerómetros instalados en distintos lugares del país, el IGP es capaz de recibir información constante sobre la actividad sísmica. De esos 200, 55 están instalados en varios lugares de Lima y registran cada movimiento que pueda interpretarse como un sismo. Sin embargo, el frecuente paso de vehículos y personas opaca la sensibilidad de estos sensores a movimientos de menor escala.
El reporte menciona el resultado obtenido en varias locaciones frente a los datos recogidos el 13 de marzo, días antes del inicio de la cuarentena decretada por el gobierno y que representa una muestra tradicional del ruido ambiental de la ciudad:
Avenida José Olaya, La Victoria: 90% menos de ruido.
Avenida San Juan, Chorrillos: 80% menos de ruido.
Avenida Alcanfores, Santa Anita: 78% menos de ruido.
Avenida Amazonas, Ventanilla: 70% menos de ruido.
De acuerdo con el IGP “los suelos que conforman los primeros metros de la superficie de la corteza terrestre están constituidos mayormente por gravas, arenas, limos y arcillas y son, en general, los que amplifican las ondas sísmicas a la ocurrencia de un sismo, pudiendo incrementarse el desastre en las ciudades. En Lima y Callao, durante un día cualquiera, los suelos también son excitados por las vibraciones generadas por el tránsito de vehículos, personas y maquinaria industrial. En ingeniería estas vibraciones son conocidas como ruido sísmico ambiental y que el IGP ha venido utilizándolos para conocer mejor la respuesta dinámica de los suelos ante la ocurrencia de sismos”.
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