El estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts abre la posibilidad de producir tejidos que funcionen, por ejemplo, como micrófonos.
Científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por su sigla en inglés) han desarrollado unas fibras capaces de detectar y producir sonido, lo que abre la posibilidad de producir tejidos que funcionen, por ejemplo, como micrófonos.
Según informa el centro de investigación, el universo de posibilidades que se abre es inmenso, dado que las fibras "funcionales" podrían capturar el habla del que las porta o incluso transmitir señales sobre funciones corporales, como el flujo sanguíneo o la presión arterial.
El resultado de estas investigaciones, en las que se ha invertido una década de trabajo, se publica en el número de esta semana de la revista Nature Materials. Los autores son Yoel Fink, el principal investigador del laboratorio electrónico del MIT, así como los profesores Shunji Egusa, Noémie Chocat y Zheng Wang
El logro básico de los investigadores ha sido desarrollar unas fibras "activas", utilizando una tecnología muy conocida llamada "piezoelectricidad", que consiste en hacer que un determinado material adquiera una polarización eléctrica.
En este caso, los científicos han aplicado la "piezoelectricidad" a las fibras textiles, lo que las hace capaces de convertir las ondas del sonido en señales eléctricas, y viceversa.
La "piezoelectricidad" es muy conocida en el mundo de la electrónica, y se utiliza por ejemplo en los altavoces, o en los pequeños transmisores que llevan incorporadas las tarjetas navideñas que producen sonido.
El avance de los inventores del MIT ha sido aplicar esta tecnología a unas fibras, para lo que fue necesario alterar la tradicional forma simétrica de los filamentos, y darles una forma asimétrica.
Además, para producir las fibras han utilizado un tipo especial de plástico, que se utiliza por ejemplo en la fabricación de micrófonos, y que está hecho de flúor.
Las moléculas de este material, explica el MIT, son en sí mismas asimétricas, lo que convierte el plástico en un elemento "piezoelectrico". Esto significa que cambia de forma cuando es sometido a un campo eléctrico.
Además, cuando este material se somete a altas temperaturas, no pierde sus características fundamentales, uno de los objetivos que perseguía el MIT con su investigación.
"Los tejidos elaborados con estas fibras piezoelectricas pueden ser usadas como un transmisor de comunicación", explican los investigadores en el artículo que publica Nature Materials.
El oído no es el único de los cinco sentidos que se puede aplicar a los tejidos inteligentes, dado que el MIT también está trabajando en unas fibras sensibles a la luz que podrían funcionar como una cámara. EFE
Comparte esta noticia