En una tensa operación los astronautas tuvieron que recurrir a la fuerza bruta para desconectar una tubería que perdía amoníaco.
Los astronautas estadounidenses Doug Wheelock y Tracy Caldwell desmantelaron hoy una de las dos bombas averiadas del sistema de refrigeración, vital para el funcionamiento de la Estación Espacial Internacional (EEI).
En una tensa operación Wheelock y Caldwell tuvieron que recurrir a la fuerza bruta para desconectar una tubería que perdía amoníaco desde la anterior caminata que tuvo lugar el sábado pasado y que había terminado en fracaso.
Seguidamente, según informó la NASA, los astronautas desconectaron cinco cables eléctricos y retiraron los cuatro dispositivos de desconexión rápida que unían la bomba al módulo de la estación.
Ahora, el módulo de 354 kilos deberá ser introducido en la plataforma para su reparación, maniobra que exigirá el uso del brazo robótico canadiense Dextre.
La plataforma cuenta con un módulo de repuesto, que será instalado en lugar del averiado, para lo que será necesario que los astronautas se aventuren en una nueva actividad extravehicular, que ya ha sido programada para el domingo, según la NASA.
Wheelock, que realizaba su quinta caminata, fue el encargado de, primero desconectar la tubería averiada para interrumpir la fuga de amoníaco, lo que logró sin mayores problemas.
"Esta es una gran noticia", señaló aliviado a 354 kilómetros de nuestro planeta.
No fue así cuando intentó arrancar la tubería atascada, ya que el hielo se lo impidió, por lo que tuvo que "agitarla con violencia" como le ordenaron desde la Tierra.
Finalmente, tras varias intentonas la tubería cedió, lo que permitió que Wheelock y su compañera pudieran continuar con el desmantelamiento del módulo de refrigeración.
Tras cinco horas de arduo trabajo, los estadounidenses apenas tuvieron tiempo para comprobar que todo estaba en orden y regresar a la estación tras más de siete horas de caminata.
"Esto nos permitirá poner la estación otra vez en pleno funcionamiento", aseguró Wheelock.
La manipulación de tuberías de amoníaco es una de las operaciones más complicadas de la EEI, ya que los astronautas deben evitar a toda costa el contacto con esa sustancia tóxica y tienen que someterse a estrictos protocolos de limpieza de sus trajes espaciales antes de regresar a la plataforma.
La bomba, que fue instalada en 2006, sufrió el desperfecto el pasado 31 de julio, por lo que estación únicamente dispone de uno de los dos módulos de refrigeración, que son fundamentales para el correcto funcionamiento de los equipos electrónicos.
La avería obligó a los astronautas a suspender algunos experimentos científicos y apagar varios sistemas para impedir un sobre calentamiento de la EEI, que depende del amoniaco líquido para enfriar sus sistemas y evitar su sobrecalentamiento.
Tras fallar todos los intentos de reparar el módulo averiado desde el interior de la plataforma, la NASA tomó la pasada semana la decisión de efectuar una caminata para corregir el problema.
El sábado, los astronautas protagonizaron durante más de siete horas una de las caminatas mas largas de la historia, pero no pudieron cerrar la fuga de amoníaco, lo que les impidió desmantelar la bomba averiada.
La NASA reconoció que la operación de hoy era una de las más complicadas en la historia de la plataforma orbital, que comenzó a operar en 2000.
No obstante, negó que la vida de los tripulantes de la plataforma corra peligro por contar con un único módulo de refrigeración, aunque no escondió su inquietud.
Si el segundo módulo dejara de funcionar, los tripulantes del ingenio espacial siempre podrían trasladarse al segmento ruso, que cuenta con su propio sistema de refrigeración.
Además, la mayoría de los sistemas electrónicos han sido enfriados gracias a la instalación de cables puentes del laboratorio "Destiny".
Los actuales inquilinos de la plataforma son los cosmonautas rusos Fiódor Yurchijin, Mijaíl Kornienko y Alexandr Skvortsov, y los astronautas estadounidenses Wheelock, Caldwell y Shannon Walker.
Ésta fue la caminata número 149 en la historia de la EEI, proyecto en el que participan 16 países que se pusieron recientemente de acuerdo en prolongar su funcionamiento hasta 2020.
La plataforma aún debe recibir dos transbordadores en noviembre próximo y febrero de 2011, tras lo que la NASA tendrá que lograr la luz verde del Congreso si quiere organizar una última misión que tendría lugar a mediados del año próximo. EFE
En una tensa operación Wheelock y Caldwell tuvieron que recurrir a la fuerza bruta para desconectar una tubería que perdía amoníaco desde la anterior caminata que tuvo lugar el sábado pasado y que había terminado en fracaso.
Seguidamente, según informó la NASA, los astronautas desconectaron cinco cables eléctricos y retiraron los cuatro dispositivos de desconexión rápida que unían la bomba al módulo de la estación.
Ahora, el módulo de 354 kilos deberá ser introducido en la plataforma para su reparación, maniobra que exigirá el uso del brazo robótico canadiense Dextre.
La plataforma cuenta con un módulo de repuesto, que será instalado en lugar del averiado, para lo que será necesario que los astronautas se aventuren en una nueva actividad extravehicular, que ya ha sido programada para el domingo, según la NASA.
Wheelock, que realizaba su quinta caminata, fue el encargado de, primero desconectar la tubería averiada para interrumpir la fuga de amoníaco, lo que logró sin mayores problemas.
"Esta es una gran noticia", señaló aliviado a 354 kilómetros de nuestro planeta.
No fue así cuando intentó arrancar la tubería atascada, ya que el hielo se lo impidió, por lo que tuvo que "agitarla con violencia" como le ordenaron desde la Tierra.
Finalmente, tras varias intentonas la tubería cedió, lo que permitió que Wheelock y su compañera pudieran continuar con el desmantelamiento del módulo de refrigeración.
Tras cinco horas de arduo trabajo, los estadounidenses apenas tuvieron tiempo para comprobar que todo estaba en orden y regresar a la estación tras más de siete horas de caminata.
"Esto nos permitirá poner la estación otra vez en pleno funcionamiento", aseguró Wheelock.
La manipulación de tuberías de amoníaco es una de las operaciones más complicadas de la EEI, ya que los astronautas deben evitar a toda costa el contacto con esa sustancia tóxica y tienen que someterse a estrictos protocolos de limpieza de sus trajes espaciales antes de regresar a la plataforma.
La bomba, que fue instalada en 2006, sufrió el desperfecto el pasado 31 de julio, por lo que estación únicamente dispone de uno de los dos módulos de refrigeración, que son fundamentales para el correcto funcionamiento de los equipos electrónicos.
La avería obligó a los astronautas a suspender algunos experimentos científicos y apagar varios sistemas para impedir un sobre calentamiento de la EEI, que depende del amoniaco líquido para enfriar sus sistemas y evitar su sobrecalentamiento.
Tras fallar todos los intentos de reparar el módulo averiado desde el interior de la plataforma, la NASA tomó la pasada semana la decisión de efectuar una caminata para corregir el problema.
El sábado, los astronautas protagonizaron durante más de siete horas una de las caminatas mas largas de la historia, pero no pudieron cerrar la fuga de amoníaco, lo que les impidió desmantelar la bomba averiada.
La NASA reconoció que la operación de hoy era una de las más complicadas en la historia de la plataforma orbital, que comenzó a operar en 2000.
No obstante, negó que la vida de los tripulantes de la plataforma corra peligro por contar con un único módulo de refrigeración, aunque no escondió su inquietud.
Si el segundo módulo dejara de funcionar, los tripulantes del ingenio espacial siempre podrían trasladarse al segmento ruso, que cuenta con su propio sistema de refrigeración.
Además, la mayoría de los sistemas electrónicos han sido enfriados gracias a la instalación de cables puentes del laboratorio "Destiny".
Los actuales inquilinos de la plataforma son los cosmonautas rusos Fiódor Yurchijin, Mijaíl Kornienko y Alexandr Skvortsov, y los astronautas estadounidenses Wheelock, Caldwell y Shannon Walker.
Ésta fue la caminata número 149 en la historia de la EEI, proyecto en el que participan 16 países que se pusieron recientemente de acuerdo en prolongar su funcionamiento hasta 2020.
La plataforma aún debe recibir dos transbordadores en noviembre próximo y febrero de 2011, tras lo que la NASA tendrá que lograr la luz verde del Congreso si quiere organizar una última misión que tendría lugar a mediados del año próximo. EFE
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