Además, un 78% de los músicos admite haber padecido ansiedad escénica.
Un informe del hospital de Quirón de Valencia, España, determinó que un 75% de los músicos ha desarrollado alguna lesión a lo largo de su carrera, siendo los pianistas, guitarristas y violinistas los más propensos a sufrir estos percances.
Las principales causas de las lesiones son el mantenimiento de posturas forzadas y la repetición de movimientos, por lo que los médicos aconsejan adoptar posiciones lo "más ergonómicas posibles".
El gran problema con los músicos, según indica el informe, es que a diferencia de los deportistas que tienen un grupo de médicos especializados que se dedican a cuidar su salud y recuperar sus lesiones, los artistas no gozan de esa ventaja. "No hay, hasta la fecha, servicios específicos para el tratamiento de las dolencias de estos profesionales".
Abordaje Multidisciplinar
El especialista de la Unidad de Medicina del Arte del Hospital Quirón Valencia, Ángel Escudero, indica que es necesario un abordaje multidisciplinar para atender a los músicos de forma integral. "En ocasiones, a los problemas meramente musculares, se suman alteraciones de audición y de voz junto con conflictos emocionales, lo que genera un bucle cerebro-cuerpo-cerebro", indica Escudero.
Es por eso que considera esencial un enfoque psicosomático del músico, donde se incluya disciplinas como la otorrinolaringología, traumatología, fisioterapia o medicina psicosomática.
Decálogo para el cuidado de la salud de los artistas
Para el especialista "el músico no solo es un artista, sino que al usar todo su cuerpo, también hay que considerarlo un atleta y, como tal, debe realizar un adecuado trabajo físico y mental". Es por eso que ve necesario programar un ritmo de trabajo regular para proteger el cuerpo de lesiones.
Además, sugiere adoptar una adecuada posición de todo el cuerpo, prestar atención al equilibrio para evitar la sobrecarga innecesaria de grupos musculares y buscar un tono muscular con el que no se derroche energía.
Igualmente, sugiere llevar una alimentación balanceda y adaptada a los diferentes requerimientos energéticos, realizar un adecuado trabajo mental para bajar el nivel de estrés y evitar la ansiedad escénica y hacer estiramientos al terminar cada sesión de trabajo.
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