Jim Farley, CEO de Ford, advierte que los aranceles propuestos por Trump a México y Canadá podrían causar despidos masivos y beneficiar a competidores asiáticos.
El presidente ejecutivo de Ford Motor Company, Jim Farley, lanzó una severa advertencia sobre el impacto devastador que tendrían los aranceles propuestos por Donald Trump sobre la industria automotriz estadounidense, calificando la situación actual como "caótica" y potencialmente catastrófica para el sector.
Durante su participación en la conferencia de Wolfe Research, Farley fue contundente al señalar que un arancel permanente del 25% sobre las importaciones desde México y Canadá "abriría un agujero sin precedentes en la industria estadounidense".
El ejecutivo argumentó que esta medida beneficiaría principalmente a fabricantes asiáticos y europeos, que podrían importar hasta 2 millones de vehículos sin estar sujetos a estas tarifas.
La preocupación de Ford no es menor. La compañía, que se enorgullece de ser el mayor productor automotriz en Estados Unidos, enfrenta una exposición de $35 mil millones en vehículos terminados y componentes que se mueven entre México y Canadá hacia territorio estadounidense. Esta situación ha llevado a Farley a realizar dos viajes a Washington en las últimas tres semanas para reunirse con legisladores y expresar su inquietud sobre la incertidumbre política.
Un panorama complicado
El panorama se complica aún más con la reciente implementación de aranceles del 25% sobre el acero y el aluminio. Si bien Ford obtiene el 90% de su acero de fuentes domésticas, la compañía advierte que el impacto se sentirá a través de su cadena de suministro, ya que muchos proveedores dependen de materiales importados. Sherry House, directora financiera de Ford, confirmó que la empresa está preparando equipos para estudiar los flujos de materiales y niveles de inventario ante posibles aumentos en los aranceles.
La situación también amenaza la transición hacia vehículos eléctricos. Farley expresó su preocupación por la posible derogación de partes clave de la Ley de Reducción de la Inflación, incluyendo el crédito fiscal de $7,500 para compradores de vehículos eléctricos. Ford ha realizado importantes inversiones en plantas de producción de baterías y ensamblaje en Ohio, Michigan, Kentucky y Tennessee, y estos empleos podrían estar en riesgo si se eliminan los incentivos federales.
El impacto en los consumidores también sería significativo. Kevin Roberts, director de Inteligencia Económica y de Mercado de CarGurus, advirtió a Detroit Free Press que los aranceles sobre el acero y el aluminio importados podrían aumentar los precios de los vehículos, especialmente aquellos fabricados en Estados Unidos. Esto es particularmente preocupante considerando que el 42% de los automóviles nuevos fabricados en el país ya tienen precios superiores a $50,000.
A pesar de las críticas, Farley reconoció los objetivos de Trump de fortalecer la industria automotriz estadounidense, señalando que si su administración logra aumentar la producción e innovación en el país, "sería uno de sus logros más significativos". Sin embargo, hasta ahora, el ejecutivo solo ve "muchos costos y mucho caos".
La industria automotriz se encuentra en medio de lo que Farley describe como una "pelea callejera global", con la transición a vehículos eléctricos y el rápido crecimiento de los fabricantes chinos en varios mercados. En este contexto, las disrupciones causadas por los aranceles y los cambios en las políticas comerciales representan desafíos adicionales que el sector difícilmente puede permitirse enfrentar.
La situación ha generado reacciones en el ámbito político, con los demócratas aprovechando los comentarios de Farley para argumentar que "los aranceles de Trump no son un riesgo que Michigan pueda permitirse", mientras que el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, advierte que estas medidas podrían conducir a una mayor inflación.
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