El multimillonario amenaza con procesar a filtradores tras polémica visita al Pentágono que genera dudas sobre los límites entre su papel como asesor y sus intereses empresariales.
En una jornada que ha intensificado el debate sobre los límites del poder empresarial en el gobierno de Donald Trump, Elon Musk mantuvo este viernes una reunión sin precedentes de 80 minutos con el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, en el Pentágono. La visita del multimillonario, que lidera el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), ha desencadenado una tormenta de controversias sobre su acceso a información sensible y posibles conflictos de interés.
La polémica estalló cuando el New York Times publicó que Musk recibiría información clasificada sobre planes militares estadounidenses para un potencial conflicto con China. Estas afirmaciones fueron rápidamente desmentidas por el presidente Trump, quien declaró: "Qué ridículo. China ni siquiera será mencionada o discutida". Por su parte, Musk arremetió contra el periódico calificándolo de "pura propaganda" y amenazó con buscar el procesamiento de funcionarios del Pentágono por filtrar "información maliciosamente falsa".
Tras la reunión, el encuentro previsto con los jefes del Estado Mayor Conjunto en la sala segura conocida como "El Tanque" no se materializó. El almirante Samuel Paparo, jefe del Comando Indo-Pacífico, quien supuestamente participaría virtualmente desde Sri Lanka, tampoco formó parte del encuentro final.
En declaraciones posteriores desde la Casa Blanca, tanto Trump como Hegseth reiteraron que no se compartieron "planes secretos de guerra con China". Trump fue enfático: "No quiero mostrar eso a nadie. Ciertamente no se lo mostrarías a un empresario... Elon tiene negocios en China, y sería susceptible, quizás, a eso". Hegseth describió el encuentro como una "conversación informal" centrada en "innovación y eficiencias".
La visita ha intensificado las preocupaciones sobre posibles conflictos de interés. Como CEO de Tesla, Musk mantiene extensas operaciones en China, mientras que como líder de SpaceX recibe miles de millones de dólares en contratos del Pentágono para el lanzamiento de satélites militares. Además, tanto el ejército estadounidense como el ucraniano dependen ampliamente de la red de comunicaciones por satélite Starlink de SpaceX.
Las senadoras demócratas Elizabeth Warren y Tammy Duckworth enviaron una carta a Hegseth exigiendo detalles sobre la información compartida con Musk, argumentando que "no existe una justificación legítima de seguridad nacional para proporcionar esta información al Sr. Musk".
Este episodio se produce en un contexto donde la administración Trump ha ordenado investigar filtraciones dentro de la comunidad de inteligencia. Durante su primer mandato, Trump remitió más filtraciones de medios para investigación criminal cada año que en cualquiera de los 15 años anteriores, según registros del Departamento de Justicia.
El amplio acceso de Musk a información gubernamental a través del DOGE ya había generado múltiples controversias. Con sus empresas posicionadas para beneficiarse potencialmente de iniciativas como el escudo de defensa antimisiles "Golden Dome" de Trump, las preguntas sobre la separación entre sus intereses empresariales y su papel gubernamental continúan multiplicándose.
Video recomendado
Comparte esta noticia