Funcionarios denuncian falta de supervisión y riesgos de ciberseguridad tras polémicas medidas del equipo de Musk en agencia federal.
El equipo designado por Elon Musk para dirigir la Oficina de Gestión de Personal de Estados Unidos (OPM) ha generado controversia al bloquear el acceso de funcionarios de carrera a sistemas informáticos que contienen datos personales sensibles de millones de empleados federales, según revelaron este viernes dos funcionarios de la agencia a Reuters.
La medida, implementada apenas 11 días después de que el presidente Donald Trump asumiera su nuevo mandato, forma parte de una ambiciosa reestructuración gubernamental que incluye el despido y marginación de cientos de servidores públicos, en lo que parece ser el primer paso hacia la reducción del aparato burocrático federal.
Musk, el multimillonario CEO de Tesla y propietario de X, fue designado por Trump con la misión específica de reducir la plantilla gubernamental civil, que actualmente cuenta con 2.2 millones de trabajadores. Su equipo ha actuado con rapidez, instalándose en la OPM y tomando medidas drásticas que han alarmado a funcionarios veteranos.
Los sistemas afectados incluyen la base de datos Enterprise Human Resources Integration, que almacena información crítica como fechas de nacimiento, números de Seguridad Social, evaluaciones, direcciones particulares, niveles salariales y antigüedad de los trabajadores gubernamentales.
"No tenemos visibilidad sobre lo que están haciendo con los sistemas informáticos y los datos", advirtió uno de los funcionarios que solicitó mantener su anonimidad por temor a represalias.
Elon Musk tomando el control
El estilo de gestión característico de Musk ya se hace evidente en la agencia. Su equipo ha instalado sofás-cama en el quinto piso del edificio, área que alberga la oficina del director y requiere autorización especial para acceder. Esta práctica recuerda a las medidas implementadas en X (antes Twitter) cuando Musk adquirió la plataforma en 2022.
Entre los nuevos funcionarios designados destacan Brian Bjelde, ex vicepresidente de recursos humanos de SpaceX, quien ahora funge como asesor senior, y Amanda Scales, ex empleada de Musk, quien ocupa el cargo de jefa de gabinete de la OPM. También se ha incorporado Riccardo Biasini, ex ingeniero de Tesla y ex director de The Boring Company.
El actual director interino de la OPM, Charles Ezell, ha estado enviando memorandos a toda la fuerza laboral gubernamental, incluyendo una oferta para renunciar con ocho meses de pago. Según los funcionarios, estos comunicados se emiten sin consulta previa con el personal de carrera de la agencia.
Don Moynihan, profesor de la Escuela Ford de Políticas Públicas de la Universidad de Michigan, expresó su preocupación por la falta de supervisión y la visión que Trump y Musk tienen de la burocracia federal. "Esto dificulta que cualquiera fuera del círculo íntimo de Musk en la OPM sepa qué está sucediendo", señaló.
La situación ha generado tensiones en otras áreas del gobierno. El Washington Post reportó que David Lebryk, el funcionario de carrera de mayor rango en el Departamento del Tesoro, dejará su puesto tras un enfrentamiento con aliados de Musk que solicitaban acceso a los sistemas de pago.
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