El expresidente estadounidense falleció dejando un legado tecnológico y ambiental que transformó la vida moderna y sentó las bases de la lucha contra el cambio climático.
Jimmy Carter, el expresidente estadounidense que sentó las bases de la revolución energética moderna, falleció el domingo 29 de diciembre a los 100 años de edad, dejando un legado que va mucho más allá de su mandato presidencial entre 1977 y 1981.
Aunque su presidencia estuvo marcada por conflictos políticos, Carter transformó silenciosamente el panorama tecnológico y ambiental de Estados Unidos con decisiones visionarias que continúan impactando la vida cotidiana casi medio siglo después.
Como símbolo de su compromiso con las energías renovables, Carter instaló 32 paneles solares en la Casa Blanca para calentar agua, una medida que, aunque fue revertida por Ronald Reagan en 1986, sentó un precedente retomado posteriormente por George W. Bush y Barack Obama, cuyos paneles siguen funcionando en la actualidad.
Pero quizás su contribución más duradera fue la creación del Departamento de Energía y el establecimiento de estándares de eficiencia energética que revolucionaron los electrodomésticos. Gracias a estas normativas, los refrigeradores actuales, por ejemplo, consumen apenas un cuarto de la energía que utilizaban en los años 70, a pesar de ser más grandes y costar la mitad, indicó Vox en un artículo.
Su visión ambientalista también se materializó en la creación del programa Superfund, que otorgó a la Agencia de Protección Ambiental la autoridad para identificar y limpiar sitios altamente contaminados.
En el ámbito espacial, Jimmy Carter impulsó el programa del Transbordador Espacial y dejó su huella en el cosmos: sus palabras viajan en los discos dorados de las sondas Voyager, como un mensaje de la humanidad para posibles civilizaciones extraterrestres.
Jimmy Carter y otras tecnologías
El expresidente también fue pionero en la adopción de tecnología: su avión de campaña en 1976, apodado "Peanut One", fue el primero en contar con una computadora a bordo, y él mismo utilizaba el correo electrónico varias veces al día, décadas antes de que se convirtiera en una herramienta cotidiana.
Su legado incluye reformas regulatorias que pavimentaron el camino para innovaciones como el Wi-Fi y el Bluetooth, tecnologías que hoy generan más de $95 mil millones en ventas anuales. Gary Shapiro, CEO de la Asociación de Tecnología del Consumidor (CTA), atribuye estos avances directamente a la Orden Ejecutiva de 1978, en la que Carter creó un esquema para que las regulaciones puedan ser revisadas regularmente de una manera simple.
Las políticas de Carter demostraron que la eficiencia energética no significa sacrificio, sino progreso. Sus iniciativas han ahorrado a los consumidores estadounidenses cientos de miles de millones de dólares en facturas de servicios públicos y han sido fundamentales en la lucha contra el cambio climático.
Mientras las banderas ondean a media asta en Estados Unidos, el legado de Carter perdura en cada hogar americano: en los electrodomésticos eficientes, en las luces LED y en la creciente adopción de energías renovables.
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