Esto es posible gracias a una técnica que mide el engrosamiento o adelgazamiento de las fibras de la retina y del nervio óptico, las cuales constituyen un fiel reflejo del estado del sistema nervioso central en el cerebro.
Una investigación conjunta realizada por la Universidad de Zaragoza, el Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón, el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza y el Hospital Universitario Doce de Octubre de Madrid, todos en España, sugiere que un análisis del fondo del ojo ayuda a diagnosticar rápidamente el estado y evolución de la esquizofrenia.
Con el fin de detectar precozmente esta enfermedad, los expertos utilizaron la tomografía de coherencia óptica, técnica de neuroimagen conocida como 'ventana al cerebro' que permite de modo no invasivo observar el engrosamiento o adelgazamiento de las fibras de la retina y del nervio óptico, que constituyen un fiel reflejo del estado del sistema nervioso central en el cerebro.
Además, los investigadores lograron documentar el cambio de las fibras retinianas conforme evoluciona la enfermedad. Así, tras un episodio reciente de esquizofrenia los hallazgos muestran un engrosamiento sugerente de neuroinflamación, lo que permitiría un tratamiento y control mucho más precoz al inicio de la enfermedad.
Por el contrario, cuando no hubo un episodio reciente, sino que hay una evolución en el tiempo, las fibras retinianas muestran un adelgazamiento que sugiere neurodegeneración, es decir, que la enfermedad ha progresado.
Los investigadores creen que esta técnica puede brindar datos objetivos para el diagnóstico de la esquizofrenia y para seguir su evolución, pudiendo convertirse en un importante aporte en la búsqueda de biomarcadores de la enfermedad que permitan progresar en un diagnóstico basado en pruebas objetivas.
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