A esta conclusión llegó la investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, que ha estudiado 28 poblaciones de 21 especies distintas en Brasil y México.
Las aves son capaces de modificar y elegir el canto que mejor se oye para adaptarse al ruido urbano, según la investigación dirigida por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España, que ha estudiado 28 poblaciones de 21 especies distintas en Brasil y México.
Los resultados de este trabajo, publicado en la revista Journal of Evolutionary Biology, apoyan la hipótesis de que el aprendizaje del canto es un mecanismo que les permite usar el más apropiado para los hábitats en los que viven.
El responsable de la investigación y especialista en comportamiento de aves y ornitología, Diego Gil, que ha desarrollado el estudio junto al mexicano Constantino Macías, explicó a Efe que "eligen el canto que mejor se oye y se transmite, y el que menos se deteriora en ese ambiente".
Trabajos previos habían demostrado que las aves modifican su canto en hábitats urbanos, haciéndolo más agudo, para que pueda percibirse sobre el ruido continuo de las ciudades.
Ahora, los investigadores han visto que esa modificación resulta más sencilla para aquellas que necesitan aprender de sus semejantes el canto de su especie (denominadas oscinas), frente a las que están "genéticamente programadas" para realizar un tipo concreto de canto, más simple (las suboscinas).
Según Gil, las aves suboscinas podrían ser más vulnerables a la contaminación acústica y menos capaces de colonizar ciudades o nuevos hábitats acústicos.
Esta diferencia entre los dos grupos es relevante para la planificación de la conservación biológica ya que ofrece información acerca de las desigualdades que existen entre las especies en cuanto al grado de resiliencia a las condiciones urbanas, destaca el investigador.
Financiado por la Fundación BBVA, el estudio ha durado 4 años y también han participado investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Se ha desarrollado en las ciudades brasileñas de Curitiba, Brasilia, Manaos y Sao Paulo, por la diversidad especies, así como en México D.F.
Algunas de estas especies investigadas son el Chingolo, el Bienteveo y el Zorzal.
EFE
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